Venom: Carnage liberado es un exitosa secuela del film Venom realizado en el año 2018. Para quienes tengan un doctorado en Marvel no habrá problemas para identificar las conexiones, guiños y adelantos que la película tiene. Para el resto de los mortales, la película sigue siendo tan mala como su predecesora y le agrega un número agotador de efectos visuales feo, incluyendo a los dos personajes principales, que se trenzan en batallas que no podrían ser ni más aburridas ni más rutinarias. El éxito mencionado al comienzo nos llevará una tercera película, lo que es una verdadera desgracia para los ojos y los oídos. Ruidos, voces horribles y una puesta en escena figura entre lo peor del género.
El desperdicio actoral del film anterior se justificaba porque necesitan muchas escenas del protagonista entendiendo que era lo que pasaba. Ahora que ya lo sabemos, Tom Hardy tiene menos para hacer y aprovecha para reducir su trabajo, aunque le queda espacio para la sobreactuación. Del otro lado, Woody Harrelson hace su show pero la película no lo acompaña correctamente. Naomi Harris y Michelle Williams también consiguieron, como los dos actores mencionados, un buen sueldo en esta película taquillera y nos alegramos de corazón por ellas. Hay secuencias en los créditos para reforzar la idea de que todo es parte de algo más grande y que todas las piezas son importantes. Venom 2, con su duración de noventa minutos, es una pieza corta y a la vez demasiado larga. El humor de la película es de lo más deprimente que hay y no hay un momento que no sea forzado. Ni la ingeniosa idea de poner dos historias de amor consigue darle interés a esta película.