El director y guionista de Alerta roja (Red Alert, Estados Unidos, 2021) es Rawson Marshall Thurber, cuya filmografía algo despareja, más bien centrada en comedias, incluye nada menos que Dodgeball: A True Underdog Story (2004). Con ese antecedente es obligatorio tomarse en serio cualquier película que venga de él. Al menos hasta ahora, al menos hasta que Netflix lo convirtiera en otro director sin personalidad ni estilo.
Esta comedia de acción y robos de guante blanco combina tres estrellas de Hollywood: Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot. Johnson interpreta a un agente del FBI que persigue y se enreda con los dos mejores ladrones -y rivales entre sí- del mundo, Reynolds y Gadot. La película le sumará luego algunas aventuras más tradicionales, con selva argentina, cita a Indiana Jones y todo lo que el manual indica. Se ven los ingredientes todo el tiempo, la película delata cada vez que coloca un nuevo elemento en cada lugar.
La simpatía de los protagonistas es evidente, así como está claro que lo saben y lo explotan de forma algo artificial. Johnson es el duro, Reynolds el gracioso y Gadot, que ocupa un lugar menor en la película, la que se las sabe todas. Una vez que dejan claro esto, todo lo demás son vueltas de tuerca y sorpresas. Pero cuando el mecanismo es la sorpresa y la vuelta de tuerca, todo se vuelve aburrido y previsible. De mil chistes hay un número que funciona y la acción cobra vida por momentos.
El cierre, como era de esperarse, tiene más de esas vueltas, pero ya no le importan a nadie. Y sí, otra infame promesa de secuela.