Basada en el musical autobiográfico de Jonathan Larson, sigue a un aspirante a compositor de obras teatrales que trabaja de camarero en Nueva York mientras escribe Superbia, que espera que sea el próximo gran musical americano y lo que finalmente le dé su gran oportunidad. Parece un lugar común, aunque está basada en la historia real de Larson. Parece y se ve como la suma de lugares comunes. La vida bohemia de los que aspiran a triunfar en Broadway, un tema agotado que solo le divierte a los que formar parte de ese mundo o desean estar allí alguna vez. El ombliguismo más aburrido del mundo, o tal vez igual de aburrido que todo los mundos autoindulgentes. Dirigida por el adorado y muy sobrevalorado Lin-Manuel Miranda, insufrible como actor, pero bastante más sobrio como director.
Andrew Garfield, el protagonista, muestra la calidad de estrellas que hay en Hollywood aun hoy. Sus trabajos en Red Social (2010), Hasta el último hombre, Silencio (2016) y obviamente sus films de El hombre araña hablan de una gran versatilidad, un enorme carisma y un talento que termina de confirmarse aquí. La película es él y todo es más tolerable gracias a su trabajo. El resto es desparejo, con golpes de obviedad difíciles de llevar y algunos momentos bellos, no exentos de emoción. Un musical festejando los musicales, y ya van…