La protagonista es una trabajadora de tecnología (Zöe Kravitz) que sufre agorafobia. Encerrada en su departamento, ella trabaja corrigiendo los errores de Kimi, un asistente virtual al estilo de Alexa o Siri. Cuando está haciendo su tarea de rutina descubre en uno de los audios de la aplicación un violento crimen. Pero cuando quiere avisar a la empresa de esta situación, encuentra una inesperada resistencia.
El prolífico Steven Soderbergh filma cualquier cosa, seamos claros. Tiene películas que son ya clásicos, éxitos de taquilla, bodrios absolutamente inexplicables y ejercicios de género que van entre lo ingenioso y lo interesante. Anunció su retiro en alguna ocasión pero los cambios tecnológicos y el streaming parecen haberle abierto la puerta para ser independiente y marginal sin mayores sobresaltos. Entre tanta película algunas son más divertidas que otras, como es el caso de Kimi, un título que saca cosas de muchos otros films pero que tiene una estructura sólida y entretenida. Tal vez la ayuda del guionista David Koepp, el mismo que escribió Jurassic Park y Carlito´s Way, entre muchos otros grandes títulos.
Kimi queda del lado de las aceptables dentro de su filmografía que es un verdadero campo minado, porque por cada título que le sale bien hay otro que es horroroso. Sin duda que ha recorrido un largo y sinuoso camino desde que se volvió mundialmente famoso con su opera prima sexo, mentiras y video en 1989.