La acción transcurre en Inglaterra en 1939 Thomas Miller (Eddie Izzard) es un profesor de inglés que ha aceptado un puesto de último momento en la escuela Augusta-Victoria en la costa sur inglesa, una institución para señoritas a la que los nazis alemanes de alto rango envían a sus hijas. Bajo la atenta mirada de la directora, la señorita Rocholl (Judi Dench), y su ayudante Ilse Keller (Carla Juri), las chicas practican inglés y aprenden lo que se supone es el ideal de la mujer alemana. Pero algo raro ocurre y la aparición de un exprofesor en la playa es solo el comienzo de una serie de eventos siniestros.
Inspirada en algunos eventos reales, la película cuenta una historia de espionaje en los días previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Tiene buenos actores, algo de suspenso y unos paisajes impactantes. No logra marcar una diferencia que la convierta en un clásico, esos detalles que marcan la calidad que perdura. Dos o tres escenas la llevan hacia el cine de espías, pero tarda en llegar a ellas. También estudia los vínculos oscuros entre algunos ingleses y los nazis, otro tema espinoso que sin duda fue uno de los tópicos que inspiró el hacer esta pequeña película. Como lujo extra hay que destacar la presencia de James D’Arcy y Jim Broadbent, dos actores a los que el cine de época les queda muy bien.