Bastante intrépido por parte de Netflix estrenar una secuela con el número 2 en el título cuando en el original esa aclaración no existía. Incompatibles 2 (Loin du périph, Francia, 2022) es una secuela de Incompatibles (De l’autre côté du périph, 2012) una taquillazo del cine francés que se subió al éxito obtenido por la Buddy Movie Amigos intocables (2011) protagonizada por Omar Sy, verdadera revelación en aquel film. Pero las dos películas de Incompatibles son, además de comedias, películas de acción. Su herencia está más en Arma mortal (1986) y 48 hs (1982) y algunos clásicos del género dentro del propio cine francés.
Una década después de su primera aventura juntos, Ousmane Diakité (Omar Sy) y François Monge (Laurent Lafitte) se vuelven a encontrar. Un caso en los Alpes franceses empieza de forma muy particular para luego sumar ramificaciones inesperadas. El misterio empieza con un cuerpo mutilado encontrado en un tren pero ese será solo el comienzo. La historia va moviéndose a los tumbos, en una mezcla entre giros de guión y caos narrativo que le juega muy en contra.
La novedad es que Incompatibles 2 pone su foco en su costado político y expone a grupos totalitarios enemigos de los inmigrantes. Tiene algo de Arma mortal 2 (1990) en ese discurso, pero lo lleva de forma despareja, como todo en la película. Los protagonistas tienen su química, lo mínimo que se puede esperar para el género.
Hoy por hoy es Omar Sy el gran imán comercial para conseguir público en Netflix. A su ya firme éxito en películas, se le debe sumar ahora su rol en la serie Lupin (2021- ) que lo hace famoso con el público de todo el mundo. Su evidente carisma y su simpatía son parte de esa atracción no siempre acompañada por grandes películas. En esta secuela él es mucho más popular que Laurent Lafitte y se nota. Pero además de eso las diferencias entre ambos personajes es menos tajante en esta ocasión.
Hay algún chiste suelto por ahí. Hay escenas simpáticas y algunos buenos momentos de acción. Como The Blues Brothers (1980) nos enseñó siempre es lindo ver sufrir a los nazis o neonazis y la película lo explota al máximo. En esta secuela el director es Louis Leterrier, el mismo realizador de El transportador. Hay oficio en su trabajo pero toda la película parece una domesticación del film anterior y aunque gana en presupuesto pierde en identidad. Un título ideal para conformarse con poco, perfecta para quienes no ven la diferencia entre un film pasable y uno realmente bueno.