Por mandato del cielo (Under the Banner of Heaven, 2022) es una miniserie de siete episodios basada en el polémico libro escrito por Jon Krakauer Under the Banner of Heaven: A Story of Violent Faith (2003). La historia transcurre en Utah en el año 1984 en la ciudad ficticia de East Rockwell. Allí ocurre un crimen espantoso, una joven mujer miembro de la iglesia SUD, Brenda Wright Lafferty, y su bebé de quince meses, Erica, han sido asesinadas. El detective también SUD Jeb Peyre (Andrew Garfield) y su compañero, el detective paiute Bill Taba (Gil Birmingham) son los encargados de llevar adelante la investigación. Para Jeb, miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, toda la investigación es particularmente dolorosa. La víctima es también mormona y los indicios apuntan a su familia política como principales sospechosos. Cada nuevo descubrimiento lo llevará a cuestionar sus convicciones personales.
La miniserie se basa -con ciertas libertades- en un crimen real, pero hace todo lo necesario para que por encima de eso haya una buena narración, una historia que funcione como ficción. Aunque no es la primera vez que un film o una serie muestra los grupos extremistas desprendidos de la Iglesia SUD, este apunta con inusual ferocidad contra toda la historia de la religión mormona. El libro de Krakauer fue polémico en su momento y levantó revuelo entre personas que generalmente han aceptado los textos críticos. La miniserie juega al límite y no siempre sale airosa en ese aspecto. En su afán de condenar la religión en general pierde algo de su efectividad como relato policial. Esto se debe en parte al guionista ex SUD y activista gay Dustin Lance Black, autor del guión de Milk (2008) y de otra serie sobre grupos FSUD (fundamentalistas) dentro de Utah. Big Love (2006-2011)
Cuando la serie se centra en el sufrimiento de su protagonista y la investigación del monstruoso crimen, funciona muy bien. La relación con el otro detective, que no es miembro de la iglesia, tiene también un efectivo juego, algo que recuerda al film Hell or High Water (2016) dirigido por David Mackenzie, quien dirige un par de episodios de Por mandato del cielo. Pero cuando busca, a través de fallidos y muy berretas flashbacks, dedicarse a destrozar a la iglesia desde su origen e insinuar, de forma irresponsable, que los crímenes son por culpa de la fe, entonces la miniserie se pierde en el camino. Lo buena que es la parte buena, que se puede hacer un esfuerzo y pasar por alto la falta de respeto a la inteligencia del espectador que representan esos momentos subrayados hasta lo imposible.
En los tiempos que corren se pisan muchas trampas progresistas, pero la ideología de una serie se define, por encima de todo, por sus méritos artísticos y sus resultados. Andrew Garfield brilla en su gran personaje y la historia está bien contada, más allá de las objeciones mencionadas. Por mandato del cielo se puede disfrutar, siempre y cuando se le perdonen los detalles mencionados. Una miniserie de crimen verdadero que no deja indiferente.