La guionista y directora de la película sabe que ante cada disparate de la historia puede aclararnos que está basada en una historia y que todo lo horrible que pasa son eventos que ocurrieron. Por ese motivo desprecio el concepto de basada en una historia real como algo bueno. Stuart Long, Stu, es un boxeador que nunca llegará a campeón y ante las súplicas de su madre decide abandonar el boxeo y probar suerte como actor en Hollywood. Se enamora de una mujer muy católica y poco a poco se acerca a la iglesia. Nuevos giros en su vida lo volverán un creyente aún mayor.
El milagro del Padre Stu (En el original solo Father Stu) se supone es una historia inspiradora que moviliza los corazones de los espectadores. Pero todo es tan torpe y burdo que no logra conmover en lo más mínimo a nadie. Tiene, de forma insólita, una campaña de publicidad que hacen creer que es una comedia de equióvocos y no lo que realmente es. Mark Wahlberg está incómodo en este rol y confirma que el actor tiene más facilidad para el cine de acción y la comedia que para estos melodramas excesivos. Acompañan al protagonista Mel Gibson y Malcolm McDowell. Una película muy poco convincente si acaso su intención era mostrar los insondables caminos de Dios.