Ariel (Luis Machín) es un guionista que regresa de España a Rosario, su ciudad natal, a investigar el extraño caso del suicidio de perros en un parque lindero al río. Al regresar se reencuentra con su pasado, donde habitan entre otros Laura (Gilda Scarpetta), mujer a la que amó, y José María (Roberto Suárez), su mejor amigo, esposo de Laura. La película no encuentra un rumbo claro aún dentro de los parámetros no tan clásicos de la propuesta. Pero el problema principal no está en su narrativa, sino en los momentos en los cuales pasa de las metáforas sutiles a la reconstrucción de un imposible programa de televisión carente de cualquier verosimilitud. Es difícil dejar en claro si se trata de una obra sutil pero fallida o un film estándar hecho por alguien que simplemente no logra narrar de forma adecuada. A esta clase de títulos no les ayuda en nada ver rostros agotados y agotadores como el del protagonista de esta historia, Luis Machín.