El sistema K.E.OP/S es irresistible para el corazón cinéfilo. Su director, Nicolás Goldbart, se hizo querer por su precisión de género con su ópera prima Fase 7 (2010). Como varios grandes directores, Goldbart ha desarrollado una gran carrera como montajista, lo que es una gran enseñanza para cualquier que esté interesado en el lenguaje cinematográfico.
La película tiene una mezcla de temas a intereses. Es una fantasía paranoica donde el protagonista queda enredado con una extraña organización llamada K.E.O.P.S. Fernando Berlansky (Daniel Hendler) está siendo de una forma insólitamente precisa. Él no sabe qué quieren ellos, pero lo que parece algo medio inocente se convierte en algo siniestro. Su único aliado en esta inesperada aventura es su viejo colega y amigo Sergio (Alan Sabbagh) con quien conforma una pareja de acción que mezcla cien referencias, de Peckinpah a Bud Spencer y Terence Hill, pasando por toda la nocturnidad del cine policial americano de autor de los setenta y sus herederos. Porque la película también es la historia de dos artistas que no logran dar con el clavo de un proyecto. El protagonista está bloqueado y no logra escribir. Tal vez este film sea sobre la angustia del propio director frente a ese tema.
La trama se va oscureciendo y poniendo más violenta. Los personajes entran en una locura de la que sí salen vivos lo harán pagando un precio muy alto. La victoria de Fernando y Sergio es que finalmente les pase algo interesante. La fantasía de una aventura que justifique un nuevo guión de ficción. La historia de una crisis creativa resuelta en una película. Dicen que cuando uno hace una gran película, la segunda siempre es complicada. Bueno, esperamos entonces que pronto haya una tercera película de Goldbart ahora que ha podido exorcizar sus dilemas como artista de forma divertida. Como dato extra, nadie ha filmado también un barrio como aquí lo hace él con Belgrano. Una ciudad aprovechada al máximo con aires de Después de hora y otros films de Martin Scorsese.