LA MADRE MUERTA
Un amplio grupo de mujeres arreglando tumbas en un cementerio es el impresionante y significativo primer plano de la última película de Pedro Almodóvar. No se trata de una película más negra que otros films anteriores de su carrera, sin embargo, el tema de la muerte tan cara a la cultura española y al realizador sobrevuela de punta a punta este relato cuyo eje gira alrededor de la idea de reencuentro entre el realizador y su propia historia. La intertextualidad, un recurso tan típico del cine de Almodóvar, se repite en esta ocasión combinando su propio pasado cinematográfico con sus referentes más habituales: el melodrama clásico, Alfred Hitchcock, el costumbrismo y la música popular. A eso hay que agregarle el corte fantástico que brinda el concepto de una madre que vuelve de la muerte para cuidar a los suyos. Esa madre que fue tan importante en la carrera de Almodóvar. Esa madre que muere en Hable con ella y deja tan solo y triste al personaje de Benigno, quien desesperado intenta volver a encontrarla, juntarse con ella de cualquier forma. No es posible desprender esto de la propia vida de Almodóvar, su madre murió en 1999 y Hable con ella es su primer film luego de ese acontecimiento. Sin embargo, el director, con su sabiduría característica, logra metaforizar ese deseo por morir para poder reunirse con su madre expresado a través de su arte y convertirlo siempre en otra cosa. Ahora, este deseo ha dado paso al deseo de que ella esté junto a él, pero de una forma sorpresiva, a través de la utilización del recurso del género fantástico, insinuado y planteado durante gran parte del film. Almodóvar logra así reunirse con su madre y vive la experiencia de sentirla aun junto a él, con una cuota de gran humor. Ella, como los fantasmas de los films clásicos, vuelve para arreglar los asuntos pendientes. Aunque claro, el cine sería de una gran pobreza si las cosas fueran tan lineales. Ésta es tan sólo una interpretación, ya que son muchas las otras lecturas que pueden realizarse de la película. De todas formas, cabe señalar un hecho por demás sintomático de lo anteriormente expuesto, el rol de la madre resucitada es interpretado en Volver por Carmen Maura, una actriz con quien Almodóvar se reencontró después de muchos años de distanciamiento. En ese fantasma del pasado hay una historia sin resolver, hay un secreto digno del mejor de los melodramas y otro digno de los mejores films de suspenso. Almodóvar muestra a través de esta historia que ha elaborado muy bien la muerte de su madre y que sigue siendo un artista plagado de de energía y lucidez. Lo único que tal vez se haya perdido en este melodrama es el deseo sexual. El deseo, que moviliza a tantos personajes en la historia, queda reducido a situaciones negativas y, además, desencadena tragedias. Pero así es el melodrama, un género conservador, plagado de mujeres que sufren y luchan por sobrevivir contra todos los obstáculos, en donde los hombres son débiles y secundarios, y el vínculo más importante es el que se establece entre madres e hijas.