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OTROS MUNDOS, UN ENSAYO SOBRE EL NUEVO CINE ARGENTINO

De: Gonzalo Aguilar

TURISTA DEL NUEVO MUNDO

En la introducción, Gonzalo Aguilar confiesa: “Tratando de combinar saberes de cine con saberes que lo exceden, me pregunté qué es lo que hicieron estos films con el tiempo que les tocó vivir”. Y de eso se trata este libro, de plantear interrogantes, abrir el diálogo, incomodar las certezas, revolver el pasado para poder comprender mejor el presente. Trazar un mapa de las películas que poco a poco instauraron un nuevo paradigma en la producción nacional, desde 1997 hasta el 2005, afirmando sin miedos que de veras existe un nuevo régimen creativo denominado Nuevo Cine Argentino.

Aquel que realmente sabe es quien puede explicar, armar un discurso ameno, interesante, trasmitiendo su conocimiento apasionando a quien lo escucha. Comienza definiendo qué entiende por puesta en escena: “…la combinación entre lo que sucede con el plano y lo que pasa en el plano o, en términos más estrictos, la combinación compleja entre los encadenamientos del plano y sus componentes.” Una de las virtudes de esta compilación radica en ejemplos como éste, en la amabilidad de su análisis. Aguilar es claro, conciso y muy placentero de leer. Todas las transformaciones, permanencias y relaciones que traza son visibles.

Es decir, si bien busca complejizar la lectura de las imágenes, también sabe anticiparse a cómo las leen o las han leído los demás. De este modo, la reflexión se expone acompañada de una cita exhaustiva de fuentes sin caer en lo erudito, sin obstaculizar el recorrido, sino más bien todo lo contrario.

El variado relieve del paisaje del NCA es transitado lentamente como quien disfruta de cada parada del trayecto de un viaje en tren, y en esa vasta geografía que se ve por la ventana descubre que lo no-dicho hasta ahora tiene que ver con preguntas que no se han hecho. Este nuevo mundo de indeterminaciones que se descubre en el nuevo cine, abre un juego en oposición a la narración alegórica que imperaba en los años 80: “al no bajar línea, las posibilidades de interpretación se multiplican.”

Establece sistemas de análisis comparativos para edificar sus ensayos, habla de nomadismo y sedentarismo “… son tendencias o, si se quiere, construcciones críticas para describir mundos en descomposición y movimientos de los cuerpos.” Así también toma los conceptos de azar, tipicidad, ritmo (el choque de velocidades en Tan de repente y Sábado), sonido (en La niña santa y Los guantes mágicos ambos protagonistas tienen problemas de audición), etc. Desmenuza las películas a partir de categorías sencillas y cierra cada ensayo con conclusiones luminosas: “En un mundo en el que todas las cosas tienen su precio y están para ser intercambiadas, Silvia Prieto puso algo que antes no estaba: alguien que ha decidido correrse del mundo para observar, sin miedo ni esperanza, cómo funciona.”

En la tercera parte también se dedica a los documentales, habla de una cuestión de estética, un cambio de mecanismos narrativos. Expone (entre varios) el ejemplo de un detalle, la presencia de la foto de Evita en Bolivia de Adrián Caetano, mencionando cómo en este gesto se advierte que la política en los ‘90 se ha convertido en un asunto privado. Devuelve su opacidad a los films, tomando al cine como lectura de la realidad, revelando una identidad alter-nativa entre las películas (demuestra vínculos de unas con otras)

Susan Sontag dice en Sobre el estilo: “el arte más grande da la impresión de ser segregado, no construido.” Esta es la sensación que deja el libro de Aguilar, el de un viaje por un mundo que nace de la cinefilia y se refuerza en la teoría, con muchas visiones de películas, búsqueda de fuentes, lecturas y debates logra que el itinerario fluya.

“El crítico ya no se rige tanto por la interpretación y el desenmascaramiento, sino por su capacidad de hacer conexiones y recorridos: las teorías ya no están tan ligadas a esquemas articulados previamente (sea en el campo de la teoría política o en el del psicoanálisis) como a mapas que permiten orientarse temporariamente.” Estas palabras del mismo Aguilar sobre Serge Daney en el último número de la revista Kilómetro 111 se aplican también a él mismo. Como el gran crítico francés, viajero infatigable, su escritura invita a recorrer, pensar y disfrutar del joven cine argentino.