¡Shazam! La furia de los dioses (Shazam! Fury of the Gods, Estados Unidos, 2023) es la secuela de la adaptación cinematográfica del personaje de DC Comics realizada en el año 2019. Tal cual ocurría con aquel film, se trata del acercamiento más ligero y tonto de DC al mundo de los superhéroes. No es un accidente, es así y está buscado. Si la primera película disfrutaba siendo infantil, acá le agregan una posible seriedad que no es tal. Se ha dicho que estas películas son las más parecidas al estilo Marvel dentro del mundo DC y es posible que haya algo de eso, pero el problema es que quiere parecer al estilo ligero de Guardianes de la galaxia y termina siendo fea y aburrida como Eternals. Tal vez es hora de parar un poco y pensar el cine de superhéroes, porque hay señales de agotamiento y una calidad técnica que va en retroceso.
La novedad de la secuela está dada por las Hijas de Atlas, unas antiguas diosas que vienen a buscar la magia que les fue robada en el pasado. Ellas son Hespera (Helen Mirren) Kalypso (Lucy Liu) y Anthea (Raquel Zegler), diosas de la diversidad también, para que no haya problemas. En eso la película cumple. Así es el cine actual, si se cumple con la bienvenida diversidad nadie se fija en sí hiciste una buena película. La proeza inesperada de esta secuela es conseguir que Helen Mirren esté, por primera vez, poco creíble en su rol. Si alguien que parecía infalible de pronto está haciendo papelones en la pantalla, algo está realmente mal. Y el superhéroe gracioso que hace el protagonista Zachary Levi, que por ser en un adulto en un cuerpo adolescente es inmaduro e inocente, ya no tiene más gracia ni chistes para decir. Nunca hubo nada interesante acá, ahora hay menos. Pero claro, escenas post créditos y un cameo de primer nivel, en eso se ha convertido el cine actual o al menos eso nos quieren hacer creer.