Siempre se agradece un largometraje que ponga algo de estilo a la puesta en escena. Hay un trabajo estético por encima del promedio, aunque eso no alcance para un resultado perfecto. Tres hermanos, cazadores y aficionados al heavy metal, luchan con sus problemas personales en la Patagonia argentina. Mientras tanto, el río vecino amenaza con inundaciones la finca familiar, lo que arruinaría la cosecha. La tensión va creciendo y la violencia es permanente. La película es bastante gráfica e incluso sórdida en la manera de mostrar el comportamiento primitivo de los tres protagonistas. Tres hermanos se inscribe dentro de una temática que el cine ha tratado muchas veces y que hoy parece olvidada. Sus búsquedas son auténticas pero los resultados son bastante dispares. Por momentos se ve algo forzada y pierde el rumbo narrativo. Hay un espíritu de cine, sin embargo, que la mantiene dentro de las películas interesantes.