Silencio en la ribera se presenta como un ensayo documental sobre la última crónica del escritor argentino Haroldo Conti, publicada en abril de 1976, un mes antes de su secuestro y desaparición, durante la dictadura militar. La película revive la crónica sobre la isla Paulino de Berisso y recupera material fílmico, estableciendo un vínculo con el presente del lugar. El interés del personaje en sí mismo se diluye en la pretensión de una película que explora el uso excesivo e intrascendente de planos largos describiendo actividades fascinantes exclusivamente para el consumo de documentales festivaleros.
Haroldo Conti tal vez merecía un documental menos soporífero y las imágenes documentales rescatadas por el realizador de Silencio en la ribera demuestran a las claras que Roberto Cuervo, quién las filmó en aquellos años, buscaba algo más interesante que lo que terminó siendo esta película que emula a realizadores extremos como Lisandro Alonso, pero no en su esplendor sino en sus peores títulos.