Los doce del patíbulo (The Dirty Dozen, 1967) es uno de los más grandes clásicos del cine bélico y una de las películas más populares de su época. Está dirigida por uno de los realizadores más exitosos y a la vez más rebeldes de su generación, Robert Aldrich y tiene guión del veterano Nunnally Johnson (guionista de un par de films de John Ford, por ejemplo) y Lukas Heller, este último colaborador habitual de Aldrich. La película se inspira en una novela de E. M. Nathanson a partir del relato que le hizo su amigo Russ Meyer, director de cine y corresponsal de guerra en la Segunda Guerra Mundial. A pesar de su investigación, Nathanson nunca pudo verificar la veracidad de la historia pero aún así escribió un éxito literario que sería aún más famoso cuando llegara al cine.
En marzo de 1944, en Gran Bretaña, el general de división Sam Worden (Ernest Borgnine), ordena al mayor John Reisman (Lee Marvin), que lleve a cabo el Proyecto Amnistía, una misión secreta y suicida para la cual deberá entrenar a una docena prisioneros del ejército, todos ellos condenados a muerte o a cadena perpetua. El objetivo es un asalto al castillo de Rennes donde se reúnen habitualmente decenas de oficiales de alto rango. Este lugar está en el norte de Francia y debe cumplirse el objetivo justo antes del Día D, es decir el desembarco de Normandía. Si cumplen el objetivo y sobreviven a la misión, tendrán la posibilidad de obtener un perdón oficial.
Reisman no es cualquier oficial. Por un lado es un experto en este tipo de misiones y por el otro es un rebelde que ha tenido problemas con sus superiores. La misión se la otorgan como una oportunidad para reencauzar su carrera y por recomendación del mayor Max Armbruster (George Kennedy) amigo de Reisman. Sin embargo, debido a que la operación incluye entrenamiento de paracaidismo, el superior de Reisman será el coronel Everett Dasher (Robert Ryan) con quien tiene cuentas pendientes en su historia.
Lo primero que alguien puede pensar de Los doce del patíbulo es que es un film bélico dramático, pero su gran mérito es que es, en gran parte, una comedia. Su estructura es una versión iconoclasta de Arenas de Iwo Jima (Sands of Iwo Jima, 1949) el clásico del cine bélico protagonizado por John Wayne. Pero solo la estructura del líder estricto que debe entrenar a un pelotón para la guerra, el resto, obviamente, es muy distinto. De hecho el papel se le ofreció a John Wayne, quien lo rechazó objetando algunas cosas del guión, pero tal vez por el hecho de que su esposa estaba esperando un hijo en ese momento y el largo rodaje fue completamente hecho en Gran Bretaña. Con la película completada, es difícil pensar en Wayne en el papel de Reisman, ya que no sólo hay un tono de comedia bastante provocador, sino porque finalmente la misión dista mucho de ser heroica en el sentido clásico del término.
Además del mayor Reisman, el sargento Bowren (Richard Jaeckel) de la policía militar es el encargado de controlar a los doce condenados. Si acaso todos los mencionados no conformaran un elenco soñado, la docena de soldados es de otro planeta: Charles Bronson, John Cassavetes, Jim Brown, Trini López, Telly Savalas, Donald Sutherland, Clint Walker, Tom Busby, Ben Carruthers, Stuart Cooper, Colin Maitland y Al Mancini. No por casualidad fue en 1967 la película más taquillera del año en Estados Unidos. Obtendría también cuatro nominaciones al Oscar, incluyendo mejor actor secundario para John Cassavetes, y ganó el premio a mejores efectos de sonido.
Pero mientras que es reconocida y querida como una comedia, Los doce del patíbulo es una película oscura y siniestra al final. Lee Marvin, veterano de la Segunda Guerra Mundial, disfrutó del rodaje y del equipo, pero nunca valoró del todo a la película por toda su parte simpática y llena de humor. Lee Marvin disfrutó mucho más haciendo Escuadrón Rojo Uno (The Big Red One, 1980) de Samuel Fuller, por considerarla más realista con respecto a la guerra. Sin embargo, el actor sí estuvo de acuerdo con la misión de los condenados. No se trata de un combate heroico sino de una brutal matanza que incluye no sólo a los oficiales sino a todas las mujeres, no militares, que están con ellos. Imposible mostrar algo así antes de la década del sesenta o durante la vigencia del Código Hays. Fue bastante polémico en la época en la cual se estrenó y Marvin decía que eso sí se parecía a la guerra, porque cuando alguien bombardea una ciudad sí o sí termina matando gente inocente. Robert Aldrich, por su lado, veía en este brutal desenlace una forma de comentar la Guerra de Vietnam y la posibilidad de insinuar que los americanos también cometían crímenes de guerra. Es discutible su condición de denuncia, ya que el corazón está con los doce soldados, el mayor y el sargento. Con todos excepto con Maggot, el número 8, interpretado por Telly Savalas, quien es un loco psicópata durante toda la película, sin posible redención.
El director Robert Aldrich tuvo siempre un estilo transgresor que le salía naturalmente. No era un provocador, sino un realizador con personalidad que no se amedrentaba frente a los desafíos. Algunos clásicos dirigidos por él incluyen Veracruz (1954), Bésame mortalmente (1955), ¿Qué pasó con Baby Jane? (1962) y El vuelo del Fénix (1965). Sus películas suelen incluir humor pero también una enorme dosis de violencia. Cómo habrá impactado la violencia de Los doce del patíbulo que Charles Bronson, uno de los mejores trabajos del elenco, la consideraba demasiado violenta. Luego del éxito de este largometraje Aldrich tuvo una carrera despareja, pero logró otro éxito gigante con Golpe bajo (1974) un título muy conectado con el espíritu de Los doce del patíbulo. Esa película contaba la historia de un jugador de fútbol americano (Burt Reynolds) que terminaba en la cárcel y encabezaba un equipo de presidiarios que jugaba un partido contra los guardias.
Lee Marvin, un actor extraordinario, realiza uno de sus mejores trabajos y las otras estrellas se lucen de verdad, todos ellos, aun cuando muchos consideraron que eran demasiado viejos para los roles. Los que sacaron más rédito son los que a la larga se transformaron en estrellas, más allá de los veteranos Robert Ryan y Ernest Borgnine. Cassavetes, quien además fue un realizador muy importante, obtiene su única nominación al Oscar por su papel de rebelde. Charles Bronson estaba en su mejor momento y Donald Sutherland tiene una gran escena al hacerse pasar por general. Ese gran momento de comedia lo llevaría directamente a ser elegido para protagonizar M.A.S.H. (1970). Siete de los miembros del elenco: Marvin, Savalas, Bronson, Borgnine, Walker, Ryan y Kennedy, todos sirvieron en la Segunda Guerra Mundial.
También se ha considerado, más allá del puro entretenimiento, que la película es, a su manera, una película que muestra la crueldad de la guerra y las acciones terribles que los ejércitos realizan. Muchos ven en la película una mirada desencantada del heroísmo y una crítica a la guerra de Vietnam, lo que también pudo haber explicado su mezcla de éxito y a la vez polémica a su alrededor. Años más tarde la película siguió siendo imitada y hasta tuvo secuelas televisivas a partir de 1985. Nora Ephron la usó como un gag cuando discuten sobre cine los personajes de Sintonía de amor (1993) y Joe Dante convocó a varios miembros del elenco del film de Aldrich (George Kennedy, Clint Walker, Ernest Borgnine, y Jim Brown) para los voces de los soldaditos en Pequeños guerreros (1998). Clásica y moderna, Los doce del patíbulo sigue siendo uno de esos títulos que no han perdido popularidad y siguen teniendo una imagen positiva entre los espectadores de varias generaciones.