Me hubiera encantado que me gustara El duelo (Argentina, 2023), una clase de película que tiene muchos grandes ejemplos en la historia del cine y que ha sabido dar grandes momentos cinematográficos. Una mezcla de Screwball Comedy con aventura al estilo Alfred Hitchcock, pero atravesada por muchos de los males incurables del cine argentino. Aún así, y antes de entrar en detalle, no hay nada realmente malo en esta comedia romántica inocua e irrelevante. No producir enojo ya la deja un poco por encima del promedio del cine nacional. No muy por encima, digamos todo, pero aprobamos sus intenciones.
Ernesto (Joaquin Furriel) es un hombre que vive la más rutinaria de las vidas. Un día, cuando altera por casualidad dicha rutina, descubre algo que le saca las ganas de vivir y recurre una red clandestina de asesinos a sueldo para que lo maten. Pero una vez iniciado ese proceso conoce a Rita (Eugenia Suárez) y se arrepiente del encargo. Ya es demasiado tarde y ahora deberá huir, junto a ella, para evitar que lo asesinen. Lo que sigue es previsible, la asesina contratada es ella, pero no quiso matarlo y ahora los dos son perseguidos.
Con esta trama se puede hacer una película apasionante, como Intriga internacional o Los 39 escalones o también como Noche y día e incluso el clásico argentino Yo quiero morir contigo. Se nota que en la teoría quisieron hacer algo muy divertido, lleno de acción y humor. Pero no funciona nada de eso y todo se convierte en una historia muy prefabricada y sin vida propia. Le cae como un yunque la parte romántica y sensible, que a todas luces tendría que haberse evitado. Esta clase de películas suele ser un excelente espacio para reflexionar sin gravedad sobre la pareja, ponerle momentos emotivos rompe por completo ese efecto. Todas las referencias al western spaguetti y sus derivados hacen más ruido que gracia y aunque no parezca una película ambiciosa resulta evidente que hacer películas ligeras y divertidas es un arte mucho más complicado de lo que algunos creen.