Si After (2019) era una película prácticamente intolerable el lector podrá adivinar los caminos que transita esta tercera parte. La idea de un drama romántico erótico juvenil dividido en tres largometrajes es un desafío para el espectador y todo un festín para los fans. Porque sin clientes, no hay estos bodrios. After: Almas perdidas (After We Fell, 2021) narra los conflictos de los protagonistas que incluyen separación por el trabajo, traumas familiares y peleas varias. Todo esto con una asombrosa capacidad de narrar de forma aburrida y sin gracia cada una de las escenas. La tibieza de la película la vuelve imposible, ya que tampoco cae en excesos divertidos o un margen de locura para causar gracia. Es mala sin gracia, un pecado imperdonable. Los cambios de casting que la pandemia provocó la hacen aun más rara, pero el detalle más triste es que Selma Blair tuvo que ser reemplazada por Mira Sorvino. Blair fue diagnosticada con esclerosis múltiple y debió abandonar su carrera. Prefiero terminar hablando de estas dos actrices que de la película. No hay manera de explicar lo aburrida y televisiva experiencia de tener que ver dos horas más de esta saga.