UN SALTO AL VACÍO
Hay muchas películas en el mundo, y las salas de estreno apenas si logran exhibir un porcentaje mínimo. Por eso sorprende cuando aparecen películas como Al borde del abismo, un producto menor, fallido, sin encanto alguno, fácilmente reemplazable por docenas de otros films con mayores méritos. Films norteamericanos, europeos o incluso de Bollywood o de oriente. Hay, no docenas, sino cientos y miles de films que podrían ver la luz en las salas comerciales y no lo hacen. Y no se trata de películas difíciles, sino de películas que lleven realmente a buen puerto las premisas de este terriblemente fallido film dirigido por Asger Leth. Estar sentado en una sala viendo algo que parece destinado al cable no es lo óptimo, indudablemente. Aunque incluso en cable, esta película tendría destino de zapping antes de llegar al final.
El film narra la historia de un policía que fue preso por un robo, pero siendo inocente, se escapa para demostrar su inocencia. Su complejo y absurdo- plan incluye ponerse en la cornisa de un edificio en pleno Manhattan. Esta historia, que insólitamente es una remake de otro film norteamericano del 2011, está llena de momentos forzados, vueltas de tuerca resueltas de forma torpe y momentos que hasta el espectador más distraído descubrirá que no tienen sentido, ni aun dentro de la lógica de la propia película. Man On a Ledge el título original- tiene los ingredientes que ya vimos muchas veces: el falso culpable, la policía buscando una segunda oportunidad, el millonario inescrupuloso, etc. Sin embargo, no encuentra la manera de que estos lugares comunes tengan un renovado interés para el espectador. El guión es fallido y desprolijo, pero el trabajo del director no es mucho mejor. La cámara no logra resolver con estilo las situaciones ni crear jamás el clima necesario. Si teniendo un hombre en una cornisa y un robo millonario no se puede crear interés, entonces no hay más que decir. Pequeños, muy pequeños momentos consiguen comprometer un poco al espectador y sin duda son algunas no todas- actuaciones las que le da a la película un poco de fuerza. Elizabeth Banks se destaca claramente, pero también cumplen Edward Burns y Sam Worthington, quienes hacen un trabajo esforzado para lograr que las fallas de la película no se noten tanto. Más atrás quedan Ed Harris, que se ve obligado a decir cosas imposibles, y Jamie Bell, que no parece tampoco muy a gusto con el material. Finalmente, Genésis Rodríguez se entrega sin empacho a hacer el estereotipo latino más insufrible posible, y como agregado muestra, sin que haya justificación alguna en la trama, un poco de su cuerpo para llamar la atención. No lo logra, claro está. Recuerden bien el título de la película para pasarlo por alto si alguna vez la encuentran en cable.