Durante generaciones la familia Solé cultiva una gran extensión de melocotoneros en Alcarràs, una pequeña localidad rural de Cataluña, en España. Pero este verano, después de décadas cultivando la misma tierra, puede que sea su última cosecha. Con ese punto de partida la directora Carla Simón construye un relato sutil y minucioso que describe la vida cotidiana de esa forma de vida que parece estar llegando a su fin. Se mueve por escenas que parecen triviales pero que resumen en todos los aspectos posibles las reflexiones de la realizadora acerca del mundo, de la familia, de la condición humana en el presente. La película es muy ambiciosa aunque tenga un aspecto muy despojado que juega todo el tiempo con el realismo documental. Se ha comparado este premiado film con las ambiciones estéticas de Víctor Erice. Bueno, eso es demasiado, aunque la película pueda responder más a ese universo que a otros del cine español.