Alejandra (2013) es un documental sobre Alejandra Pizarnik dirigido por Ernesto Ardito, Virna Molina. Realizado para televisión, no tuvo en su origen el formato de largometraje con el cuál los espectadores pueden verlo actualmente. Es por ese motivo que, pesar de tratarse de un personaje tan querido y admirado, esta película está más bien oculta en la historia del cine argentino aún hoy, cuando el culto a la escritora tiene la misma potencia que ha tenido desde hace cuarenta años, cuando fue reconocida por las nuevas generaciones.
No hay nada especial ni destacable en el documental, excepto el poder saber más cosas por la más grande poetisa de la historia de la Argentina. La poeta suena mejor, la escritora es más completa todavía. No aporta, a nivel información, mucho más que la biografía que escribió Cristina Piña sobre Alejandra Pizarnik. Sí hay algunos datos interesantes y los testimonios sonoros y las voces son más interesantes. También, gran cambio, hay una mirada sobre la sexualidad de la escritora que es mucho más adulta de lo que había sido hasta este momento, completando de esta manera un retrato que había estado algo incompleto hasta el siglo XXI. Es tan extraordinaria su obra y tan doloroso su final que no hay forma de sentir angustia en los últimos minutos de la película.
Pero los realizadores, al uso obtuso, deshonesto y malintencionado del cine argentino, deciden poner un insólito énfasis en el contenido político. Muestran golpes de estado como algo clave y llegan al colmo de la tontería cuando sobre las imágenes de uno de esos golpes un testimonio dice que Alejandra Pizarnik “Ignoraba absolutamente la cuestión política”. Ni a Woody Allen en Robó, huyó y lo pescaron se le pudo ocurrir un chiste como ese. Ernesto Ardito y Virna Molina han dirigido un documental sobre Raymundo Gleyzer al que le pusieron todo su corazón y también uno sobre Jorge Luis Borges, pero al ver como tratan al escritor aquí, no me animo a verlo. Alejandra Pizarnik, talentosa, enorme, inmortal, merecía dos directores que además de admirarla, también la colocaran por encima de sus pequeñeces como realizadores políticos.