La historia comienza con un cartel que describe las tensiones alrededor de la segunda presidencia del General Juan Domingo Perón. Luego un montaje repasa los eventos previos a 1955, el año de su derrocamiento. Rosa (María Soldi) es ama de casa y esposa. Su marido (Manuel Vigneau) la trata a los usos más habituales de esa época. En esa sociedad machista y convulsionada en lo político se desarrolla la historia. Rosa no consigue quedar embarazada y eso suma una frustración a su vida. Es la mujer que espera la llegada de su marido limpiando y arreglando la casa.
Pero Rosa es testigo de un asesinato y eso abre en su vida todo un espacio de aventura y novedad. Una mezcla de film noir y melodrama, la película es una versión humilde de films como Lejos del paraíso, el gran film de Todd Haynes, que a su vez buscaba emular a los grandes exponentes del Hollywood clásico. Mientras su marido la ningunea, ella se transforma en la protagonista de su propia historia. Varias metáforas se mezclan dentro de Algo con una mujer, y aunque el contexto político es el más flojo, no hay error algunos en la pareja realizadora, eso es lo que quisieron contar. Como suele ocurrir, las metáforas hablan de la época que describen y a la vez sirven para hablar de otros momentos.
La dirección de arte y la ambientación están utilizadas con inteligencia y de forma práctica. Pero la película se siente algo acartonada y poca fluida. Sus ambiciones estéticas son innegables, aunque al final ese cuidado no se transforma en una narración dinámica o un suspenso atractivo. Algo con una mujer entra en la categoría de películas argentinas que apuestan y buscan, que no se conforman con lo básico sino que intentan ir un poco más allá.