El prolífico director Enrique Carreras realizó una serie de películas nostálgicas que miraban al pasado de la Argentina así como también la del cine nacional. Amalio Reyes, un hombre, es uno de los ejemplos más claros de este cine, lleno de detalles de costumbristas de un pasado mirado con ojos benevolentes. La película está basada en el libro de Cátulo Castillo El romance de Amalio Reyes y el guión estuvo a cargo de Norberto Aroldi. Este film en colores, al que no le hubiera resultado raro el blanco y negro, está protagonizado por uno de los más grandes artistas de la cultura argentina: Hugo del Carril. El cantante, actor y director estaba ya en los últimos años de su carrera cinematográfica y tenía todavía un público fiel como cantante también. Los vaivenes políticos de la década del setenta terminarían con su vida artística y lo llevarían a mantenerse recluido hasta su muerte.
La historia es la de un guapo llamado Amalio Reyes, interpretado por Hugo del Carril en la primera década del siglo XX. Excusa para que el actor y cantante interprete El sol del 25 en el Centenario de la Revolución de Mayo. Tal vez lo mejor del film es disfrutar de esa y otras canciones, como Rosa de otoño de Carlos Gardel. También la presencia actoral de del Carril es un verdadero lujo. Tanto él, como los otros actores veteranos como Jorge Salcedo, Nathan Pinzón y Guillermo Battaglia, se rigen por las reglas actorales de sus años dorados, en un ejercicio demodé que lamentablemente no es acompañado por un clasicismo en la puesta en escena de Enrique Carreras. Para ese entonces, el director ya había adoptado el zoom, un recurso de cámara que seguiría explotando hasta el final de su filmografía cada vez con peores resultados. También aparecen actores jóvenes de la nueva generación, como Luis Medina Castro y Elsa Daniel, alejados de los títulos novedosos con los que brillaron en los años anteriores.
Amalio Reyes es un personaje ideal para del Carril. Es recto, chapado a la antigua en el buen sentido y también generoso. Un gran personaje que no le interesaba a los nuevos directores y no tenía en los directores veteranos alguien que estuviera a la altura para hacer una buena película. El propio Hugo del Carril la podría haber dirigido veinte o tres años atrás, seguramente con mejores resultados. Parafraseando a una crítica de cine se podría decir que Amalio Reyes, un hombre es un destacable film de la década del cuarenta. Pero quien conozca el cine de aquellos años, sabrá que se filmaba mucho mejor.