Arthur Freed fue el mayor productor de musicales del Hollywood clásico, y sus films más significativos los hizo para el estudio de musicales por excelencia: MGM. Freed produjo varios de los más grandes títulos, como El mago de Oz, Mi chica y yo, Cantando bajo la lluvia, El pirata, Un americano en París, Un día en Nueva York y muchos otros. No era raro que una producción suya para la Metro lo tuviera por encima de los directores. Esta película fue comenzada por el excelente Busby Berkeley, continuada por el nada excelente Charles Walters y terminada por un hábil artesano término medio: George Sidney, experto en musicales y films de aventuras. La vida de la legendaria tiradora Annie Oakley, quien acompañaba a Buffalo Bill en su circo, es el punto de partida de este musical, un perfecto ejemplo de lo que la MGM era capaz de hacer. Un presupuesto gigante y algunos números musicales dignos de pasar a la historia del cine. Los colores, como pueden imaginar, son un espectáculo en sí mismo. Betty Hutton bate récords de simpatía y demuestra un talento de comediante hoy un poco olvidado por el público pero que merece ser reivindicado. Annie la reina del circo (Annie Get Your Gun, 1950) fue un gran éxito en su momento a pesar de los problemas de producción. De eso dan cuenta los extras que acompañaron la edición en DVD de la película. Se eliminaron dos números musicales protagonizados por Judy Garland y dirigidos por Busby Berkeley. Garland era la protagonista (inadecuada, a mi modesto entender) de la película pero tuvo que renunciar por problemas de salud. También hay otros números suprimidos en el montaje y uno que tuvo que modificarse completamente porque el actor que interpretaba a Buffalo Bill (Frank Morgan) murió al comenzar el rodaje y fue reemplazado por Louis Calhern. Hubo otros actores que también fueron cambiados, según se cuenta en los documentales sobre el film. Otra curiosidad es que el film estuvo fuera de circulación durante décadas -ni siquiera estaba disponible en video- y fue un éxito del musical de Broadway lo que permitió recuperarlo. Un gran musical con todo el despliegue, el humor y el delirio de los musicales de la Metro. Un clásico a redescubrir.