Argentina ´78 es una miniserie de cuatro episodios que cuenta la historia del Mundial 78 que se realizó en la República Argentina durante la última dictadura militar. Está basada en uno de los grandes libros de no ficción de los últimos años: 78. Historia oral del Mundial, escrito por Matías Bauso y publicado en el año 2018. En este enorme y ambicioso tomo de más de ochocientas cincuenta páginas, Bauso construye, mediante testimonios, opiniones y citas textuales, una más que minuciosa historia de aquel Mundial donde Argentina, siendo local, se coronó por primera vez Campeón mundial de fútbol. El libro, brillante, completo, definitivo en muchos aspectos, es de lectura imprescindible para cualquiera que le interesa el Mundial 78, la historia del fútbol y la historia Argentina. Es un libro sobre el cual se puede volver una y otra vez. Aunque entre la publicación de este libro y la miniserie, sólo han pasado seis años, esa diferencia hace que muchos de los que aparecen en el libro de Bauso ya no estén vivos en su adaptación al formato de miniserie. Incluso es particularmente emocionante y afortunado tener a César Luis Menotti dando testimonio para Argentina ´78, sin él, fallecido en el año 2024, es difícil imaginar la recreación de esta historia.
La miniserie no puede, y lo sabe, pasar el libro a la pantalla. Simplemente no es posible porque mucho de lo que se lee en sus páginas son citas de textos, no testimonios grabados ni en imagen ni en sonido. Además, son tantos y tan variados, que aunque se hubieran recuperado todos, la serie tendría que haber tenido cuatro episodios más. Cuatro episodios es una duración correcta. Por suerte entre los testimonios aparece el propio escritor y periodista Matías Bauso, lo que le da una gran parte de su credibilidad a esta adaptación. De lo que aparece y no aparece, seguramente se podría hacer un libro entero y los motivos pueden ser muchos y no los conocemos. Sólo uno es aclarado: Ninguna de las personas que formó parte de la dictadura o la organización del Mundial quiso dar testimonio. Lo demás podrá ser montaje, derechos o lo que sea, sólo nos restas juzgar lo que sí está y ver hasta qué punto funciona.
Los showrunners Lucas Bucci y Tomás Sposato son los responsables de esta transposición y seguramente de las muchas decisiones, buenas o malas, que terminan conformando la miniserie que tenemos delante. Sin embargo, esto es necesario aclararlo, la sobriedad elegante y la series de muchos de los testimonios también remiten al estilo profesional y exhaustivo de Matías Bauso. La serie es siempre entretenida y se pasa rápido. A pesar de todo lo que abarca, está claro que deja infinidad de cosas afuera, siendo ese montaje fuerte uno de los mayores méritos en lo que a forma narrativa refiere. También es interesante que no haya tantos testimonios en comparación con el libro. En el libro conviven muchísimas más miradas, pero algunas duran lo que en cine sería menos de un segundo y el montaje entre tantos puntos de vista sería agotador y confuso en el streaming.
Pero todo lo extraordinario que la miniserie tiene se ve manchado en varios momentos por esa torpeza malintencionada de no poder renunciar a ciertas tonterías. Si bien es un documental sobre política alrededor de un evento deportivo y no un documental sobre la práctica concreta de dicho deporte, los testimonios más extensos de algunas personajes demuestran un sesgo ideológico que no sólo no es fiel a la realidad, sino que además habla de una honestidad con limitaciones para el dúo que ha hecho este documental. Nada nuevo, por supuesto, la casi totalidad de los medios audiovisuales de Argentina vive bajo está cobardía falta de ética. Pero la sangre no llega al río salvo por la presencia de Mario Firmenich, el líder de Montoneros, al que no sólo se le dedica un espacio inmerecido e innecesario, sino que además se le permite decir cosas sin contrapunto alguno. Así como el Mundial fue un tiro por la culata para los militares al exponer el conflicto argentino al mundo, Argentina ´78 tiene la accidental particularidad de exponer que un asesino como Firmenich, una de las figuras más siniestras de nuestra historia, tiene además ideas muy pobres y que su organización era un caos de desarrapados que no trajo más que daño. Me pregunto cómo alguien puede tener asesinos en su documental sin cuestionarles nada. Misterio.
El rumbo del documental no se pierde por esto porque recupera otros testimonios de, por ejemplo, personas que estaban en la ESMA y aún así no perdían su pasión por el fútbol. Esto es lo más interesante, el fútbol le pasaba por encima incluso al horror de una dictadura asesina, a punto tal de exponerla frente al mundo. Los periodistas que aparecen, de diferentes países, dan un testimonio mucho más sobrio y objetivo de lo que incluso dichos periodistas han dado en otros momentos. Para los argentinos, una vez más, ver gente que habla de política y que luego se vendió a la corrupción de las décadas siguientes siempre será un factor distractor. Aconsejo superar eso y mirar el corazón de la miniserie. El material de archivo es bueno y está muy bien organizado. Los testimonios de holandeses y peruanos son otro hallazgo a destacar y la madurez con la que se discuten los muchos mitos del mundial, también muestro un costado más sólido en el documental. El fútbol también está presente, no sólo con las imágenes de los partidos, el antes y el después, sino también con análisis del equipo y varios situaciones de juego.
Argentina ganó tres mundiales de fútbol. Los tres, incluso el del setenta y ocho, forman parte de la historia del fútbol. En el documental se impone finalmente la pelota y la pasión por un deporte que atraviesa a toda la sociedad. Una emoción extra, esperemos que no accidental, nos dice que gracias a los Campeones del 78 Argentina se transformó en potencia mundial hasta el presente, pasando por Diego Armando Maradona y llegando hasta Lionel Messi. La dictadura sangrienta y corrupta fue el marco doloroso para esa primera copa, pero todo quedó registrado en la historia. La miniserie tiene sus chicanas y sus limitaciones, pero al final de cuentas deja que el enorme libro en el cuál se basa sea lo que marque el rumbo. Disfruten de la serie y busquen el libro, no hay nada más que agregar.