Artemis Fowl II (Ferdia Shaw) es un niño prodigio de doce años, con una mente criminal brillante, el descendiente de un gran linaje de criminales. Cuando su padre (Colin Farrell) desaparece, Artemis deberá emprender la búsqueda descubriendo el mundo de la hadas. Conocerá al hada Holly Short (Lara McDonnell) y deberá tomarla de rehén para conseguir hacer un intercambio para traer de vuelta a su padre.
El director Kenneth Branagh ha realizado ya varios films por encargo en los que sin embargo ha logrado realizar trabajos dignos, con un cuidado visual y un interés que demostraba su gran oficio. Es verdad que su obra es despareja, pero nunca antes había dirigido un film tan carente de identidad y estilo. El despliegue visual se ve tan vacío como espectacular. Los hallazgos en la dirección de arte y los sólidos efectos especiales no alcanzan para convertirla en una película atractiva.
Es posible que una parte del problema sea la construcción del personaje principal. Un niño criminal que debe ser también el héroe, algo que lleva a la película a mostrarlo de manera comprensible para aquellos que no conocen los libros. La frialdad de todo el producto contradice el estilo siempre apasionado de Kenneth Branagh, cuyo vínculo con Disney esta vez no ha logrado el equilibrio de otros trabajos entre el director y el estudio.