SALTANDO AL VACÍO
Una película puede basarse en un libro, en una serie de televisión, una obra de teatro, una canción, un poema, una frase y, por supuesto, un videojuego. La mayoría de las películas que vemos están vinculadas con un texto previo de forma directa o indirecta, parcial o totalmente. Por una cuestión de lógica, los espectadores apenas hemos visto o conocido la mayoría de estos textos previos. No importa cuán culta sea una persona, estamos hablando de una inabarcable cantidad de material y no tiene mayor relevancia el conocerlo a la hora del análisis de una película. Si una película solo puede explicarse a través de algo que no está en ella y que sea algo más que el propio lenguaje del cine, entonces esa película está en problemas. Assassin´s Creed es, claro, una película que está en serios problemas, ya que el único argumento que puede generar interés para verla o disfrutar de algunos de sus escenas, es su vínculo con el videojuego.
El protagonista de la historia es Callum Lynch (Michael Fassbender). Encerrado en la prisión y condenado a la pena de muerte, Callum recibirá una nueva oportunidad de la organización Abstergo, quien lo rescata fingiendo su muerte y lo lleva a formar parte de un experimento. Mediante una tecnología capaz de rastrear su ADN y acceder a sus recuerdos genéticos, Lynch vivirá las aventuras de su antepasado Aguilar de Nehra en la España de la Inquisición. Una sociedad secreta de asesinos en guerra con los Templarios va desde aquella época hasta la actualidad. Toda la película transcurrirá entre esos dos tiempos, cada una con su propio conflicto y con personajes que van tratando de darle interés a la trama.
Pero este entramado no logra funcionar en ningún momento. El esfuerzo de producción, minucioso hasta el detalle en el pasado, con vestuarios que buscan ser en sí mismos un lujo, no consigue que la película gane en fuerza o interés. Incluso las sofisticadas escenas de dobles de riesgo, que buscan más que cualquier otra cosa el estilo del juego, son hechos tan aislados como incongruentes. Una pena que tantas posibilidades se hundan porque no hay una puesta en escena cinematográfica que logre imprimirle vértigo.
En cuanto al lujoso elenco hay que decir que no significa nada ni produce efecto alguno tampoco. Podrían haber sido digitales y tal vez hubieran funcionado mejor. Cualquier actor podría haber estado en ese rol, porque igualmente nada funciona ni atrae nuestro interés hacia los personajes. El público cautivo que arrastra el videojuego tal vez le alcance a la película, pero si la intención era acceder al mundo del cine, hay que decir que ha fracasado estrepitosamente.