La figura del uruguayo Alfredo Zitarrosa fue clave dentro de la música popular latinoamericana. Su estilo inconfundible, su voz única, sus letras, todo eso hizo de él un artista fundamental durante las décadas del sesenta, setenta y ochenta, más allá de los años de prohibición que tuvo en el Río de la Plata durante las dictaduras militares. Su compromiso político también fue una de sus características más notables, lo que lo empujó a un largo y doloroso exilio del cual esta película da cuenta.
Si él y su música son material para cualquier documental, el hallazgo de la película Ausencia de mí es encontrar una puerta de entrada más original y potente, cargada de emoción y también de valores cinematográficos. Zitarrosa dejó cientos de cajas al momento de su muerte, ocurrida en 1989. Durante más de veinte años permanecieron guardadas por su esposa y sus hijas, pero finalmente fueron sacadas a la luz. Películas, grabaciones, textos, fotos, todo eso aflora en esta película que sorprende y conmueve.
Por momentos, y salvando las diferencias entre ambos films, Ausencia de mí me hizo acordar al documental dirigido por Jonas Mekas As I Was Moving Ahead Occasionally I Saw Brief Glimpses of Beauty, que poseía la belleza alborotada de quien revuelven una cajas de fotos y accede a todo tipo de recuerdos inesperados. Más clásica, sin duda, pero con esa misma ola de sentimientos que afloran sin control, este documental de Melina Terribili es más que un respetuoso homenaje a un gran artista, es una exploración de su mundo, sus ideas y sus pasiones. La búsqueda de la esencia de un ser humano, tal vez la empresa más ambiciosa que tiene el arte.