La historia transcurre en el año 2012 en los distritos del norte de Marsella. El crimen está fuera de control y hay barrios en los cuales la policía ni siquiera tiene permiso para entrar. El control de los criminales es total. Mientras que los jefes se conforman con cumplir con la tasa de arrestos que les imponen sus superiores, tres policías duras quieren atacar de lleno al corazón del tráfico de drogas en uno de esos barrios. Para llegar a su objetivo deberán jugar al filo de la ley, lo que los vuelve vulnerables frente a la justicia.
Policial sólido basada en hechos reales. La historia es un largo flashback, por lo que estamos avisados de las consecuencias de los actos de los protagonistas. Aun así la película entretiene y por momentos abruma, logrando genuinos momentos de claustrofobia. Un barrio de Francia parece una zona de guerra y los policías están rodeados como si no fueran los representantes de la ley. Si alcanzar un vuelo muy elevado la película cumple con su potente descripción de la criminalidad en Marsella y a la vez con una efectiva dosis de violencia y acción. Un policial francés de manual pero no por eso menos logrado.