EL NOMBRE DEL JUEGO
Una de las cuestiones más preocupantes del mercado de series actual es como conseguir que el espectador se enganche con una serie, se comprometa a varias temporadas, empezando, claro, por el tiempo para verla. Las temporadas de casi todas las series suelen ser hoy más cortas hoy de lo que eran tradicionalmente. Los ingleses han demostrado que temporadas de seis episodios o incluso menos, llegando hasta tener temporadas de tres episodios, son una buena solución. En poco tiempo el espectador puede cubrir toda la historia y seguir adelante. Otra solución posible, generalmente elegida por la comedia, es la duración de media hora de cada capítulo. Ballers, serie de HBO, tuvo una temporada inicial de diez episodios y una duración por capítulo de un poco menos de treinta minutos.
Pero Ballers no es una comedia, al menos no en el sentido tradicional. Claro que el tono es ligero y gracioso, pero no es una sitcom, es una serie de alto presupuesto, con escenas espectaculares, con algo de acción, con momentos de drama, incluso con suspenso.
El universo de Ballers es el de los jugadores de fútbol americano. Un atleta retirado, Spencer Strasmore (Dwayne Johnson) es ahora manager de jugadores y se enfrenta a todos los problemas de su trabajo, que incluye negociar contratos gigantescos, encaminar a sus clientes, tapar sus desastres, luchar contra sus competidores, equilibrar una balanza llena de problemas, todo el tiempo, todos los días. En Ballers se ve a los jugadores novatos, a los que son estrellas, a los que están en decadencia y luchan por mantenerse, los que quieren volver, los que ya se han retirado de forma definitiva. Cada uno tiene problemas diferentes, pero todos pasan por los mismos caminos.
La serie tiene un ritmo arrollador, todo pasa volando y los veintiocho minutos de cada capítulo son siempre divertidos. El humor es efectivo, el timing también lo es, y los actores están todos brillantes. El peso de la serie está sobre los hombros de Dwayne Johnson, quien sigue creciendo como actor. Drama, comedia, todo le queda bien en la serie y su constante esfuerzo por resolver problemas lo encuentra siempre efectivo como actor. Su compañero de trabajo, Joe, está interpretado por Rob Corddry, y ambos tienen pasos de comedia absolutamente brillantes. La serie está producida por el propio Johnson y su amigo Mark Wahlberg.
El mundo que la serie describe tal vez no sea muy simpático o agradable en la realidad. Los autos de lujo, el deporte, las tentaciones permanentes de dinero, drogas y sexo que los protagonistas tienen, tal vez sea un mundo más sórdido de lo que aquí se ve. Pero cualquier espectador se da cuenta que la elección de la serie es más la de una serie de abogados o de detectives. Es decir que pone el centro en cómo resolver y salir airoso de un conflicto puntual. El mundo que describe no es juzgado, pero queda claro que estos jóvenes millonarios van camino al desastre si no logran pensar un poco más allá de su presente.
Ya se estrenó la segunda temporada y los méritos de la primera siguen intactos. La serie da mucho a cambio de tan solo media hora por capítulo. Esa generosa actitud la hace una serie todavía más querible y práctica. Sin solemnidad alguna, sin bajadas de línea, sin creerse la serie que cambiará la historia de la televisión, Ballers es una de las mejores opciones para el espectador actual.