Cine Clasico

Bandolero!

De: Andrew V. McLaglen

Mace Bishop (James Stewart) llega a la ciudad de Val Verde en Texas con la intención de liberar a su hermano Dee (Dean Martin) de la horca. Dee y su pandilla han sido arrestados por un robo a un banco en el que un miembro de la pandilla Babe Jenkins mató al esposo de María Stoner (Raquel Welch). Después de liberar a su hermano haciéndose pasar por el verdugo a cargo de la ejecución, Mace roba con éxito el banco por su cuenta después de que la pandilla huye con una cuadrilla persiguiéndolos al mando del sheriff Johnson (George Kennedy). Mientras la pandilla, que tiene a María como rehén, escapa como puede, Mace intenta alcanzarlos para saldar las cuentas pendientes con su hermano Dee.

El director Andrew McLaglen comenzó su carrera como asistente de John Ford, aprovechando que Victor McLaglen, su padre, era uno de los actores favoritos del realizador. Luego se especializó en westerns televisivos, donde dirigió docenas de capítulos de las series más famosas del género. En el cine trabajó en muchas ocasiones con John Wayne y James Stewart y siempre dijo que había hecho resurgir sus carreras. En el caso de John Wayne se convirtió en un director que entendió a la perfección el mito que representaba el actor y le dio algunos de sus mejores trabajos en su etapa crepuscular. Con James Stewart el resultado fue un poco menos impactante. La suma de todo lo dicho deja en claro que Andrew V. McLaglen fue uno de los grandes directores de western en la época que el género comenzaba a despedirse del centro del interés en el público.

¡Bandolero! tiene la eficacia narrativa del director y el carisma de los cuatro protagonistas. En la película se siente la tensión del cambio de época y esto es interesante y caótico a la vez. En 1968 el western ya había cambiado y lo haría aún más en ese mismo año con el estreno de La pandilla salvaje (1968) de Sam Peckinpah y La marca de la horca (1968) de Ted Post, con Clint Eastwood regresado a Estados Unidos y convertido en superestrella. La producción todavía era enorme y el western europeo mostraba que había mucho para contar, incluso en Europa. Los veteranos Dean Martin y James Stewart funcionan bien como hermanos, siendo obviamente más moral y adulto Stewart y más perdido y atorrante Martin. Raquel Welch ya era en 1968 un furor en el cine, habiéndose convertido de forma vertiginosa pero sólida en una actriz sex symbol y heroína del cine de acción. Una combinación poco habitual en la que ella fue el máximo exponente. Ella, como los comediantes clásicos, luce siempre un estilo parecido más allá de la época. Lo que hoy se ve raro pero es su marca de fábrica. Su fotogenia y su fuerza cinematográfica son indiscutibles. El cuarto pilar, George Kennedy, demuestra porque es uno de los grandes actores secundarios de todos los tiempos.

La historia tiene un problema de tono porque empieza con una tragedia difícil de sobrellevar. La banda de uno de los protagonistas mata al marido de la protagonista, por lo cual es difícil una identificación rápida con Dee. Mace, por su parte, si juega un papel más querible, aunque al convertirse en ladrón también se vuelve ambiguo más allá del crimen de ayudar a escapar a cuatro condenados a muerte. Al elenco le resultaría muy fácil hacer comedia pero por lo mencionado no es posible desplegar ese juego. Está claro que Dee es el más noble dentro de la banda y que defiende a María de cualquier amenaza.

Debido a lo comentado, el final de la película es previsible pero de todas maneras correcto. Eso debe haber afectado a la taquilla ya que los espectadores le dieron la espalda al largometraje. La música de Jerry Goldsmith muestra una modernización dentro del género que no termina de desplegarse. La influencia de John Ford se ve en varias situaciones y también en la presencia del gran Harry Carey Jr. También se nota que el personaje de María ha sido parcialmente inspirado en el personaje de María Félix en la película Río Escondido (1945) del director mexicano Emilio Fernández, un realizador muy cercano al mundo de John Ford también. María Félix, la reina del melodrama, era también una mujer de armas tomar. Hay una escena directamente copiada para sellar la conexión entre ambos films.

¡Bandolero! queda muy detrás de los grandes westerns y McLaglen no logra, como si lo hizo con John Wayne varias veces, darle una impronta de época sin renunciar al clasicismo. Aún así, cualquiera que ame el género y a este elenco, tiene una cita obligada para verla, no una, sino varias veces a lo largo de los años.