Mary Beth (Morgan Saylor) y Priscilla Connolly (Sophie Lowe) son dos hermanas que, tras la muerte de su madre, se ocupan de llevar la pescadería familiar en el pequeño pueblo costero Easter Cove, en Maine. Una noche se ven envueltas de lleno en un crimen que deciden encubrir.
Poco a poco se despliegan frente a ellas una serie de secretos del pueblo que todos parecían conocer menos Mary Beth y Priscilla.
La película, desde su título, con cierta ambigüedad. Un cartel gigante con forma de hombre es derribado en una de las escenas claves de la historia. Vemos, a esos descendientes de irlandeses entonar viejas canciones en el puerto al comienzo de la historia, pero luego descubriremos el lugar de las mujeres en esa sociedad como lograron mantener el equilibrio y el orden en el pueblo.
Buenas actuaciones, interesantes ideas en la trama, el pueblo muy bien filmado, siendo parte de la historia y ese clima mencionado con la tradición irlandesa son los valores de esta película que se conforma con eso sin destacarse en ninguna cosa más.