Cine Clasico

Busco mi destino

De: Dennis Hopper

Busco mi destino (Easy Rider, 1969) es uno clásico definitivo. Marco un antes y un después en la historia del cine. Pero a diferencia de otras películas claves, su construcción fue tan caótica e inestable que fue un verdadero milagro que se terminara y se llegara a estrenar. Con un presupuesto muy bajo, la película se convirtió en un éxito descomunal inesperado. Su llegada y su triunfo fue la muestra de que el mundo del cine estaba cambiando, lo mismo que ocurría con toda la sociedad fuera de la pantalla.

Los responsables de la película, sus verdaderos artífices, son Dennis Hopper y Peter Fonda. El primero la dirigió, el segundo la produjo, ambos escribieron el guión. Por supuesto que recibieron alguna ayuda con la estructura y definitivamente necesitaron una mano con el presupuesto. Lo demencial del proyecto no era la historia, sino sus creadores y la forma en la que la filmaron. Hopper mostraba pasión, pero también metía miedo, hasta el gran productor de cine de bajo presupuesto, Roger Corman, conocido de ambos, les dio la espalda. Jack Nicholson, quien hace un papel en la película, ayudó en todo lo que pudo. Y hoy todos sabemos cómo terminó la historia, pero no era tan fácil de ver en aquel momento.

Billy (Dennis Hopper) y Wyatt (Peter Fonda) son dos jóvenes que se embarcan en un viaje cruzando el suroeste y sur de Estados Unidos con el objetivo de asistir al carnaval Mardi Gras en New Orleans. Para financiar su viaje, trafican cocaína en la frontera con México. Con sus motos emprenden un viaje mientras van descubriendo diferentes caras de la sociedad norteamericana. El guión es eso y nada más. En el medio hay muchas viñetas, en gran parte improvisadas, algunos actores profesionales y otros tanto que no lo son, lo que queda bastante claro en la pantalla. Conocen rancheros, comunidades hippies, lugareños que los miran con desprecio por sus motos, su ropa y su pelo largo. Caen presos y allí conocen a un abogado borracho llamado George Hanson (Jack Nicholson) que está en la cárcel y los ayuda a salir. Los tres emprenden la parte central del viaje.

Cuando Peter Fonda escribió el guión imaginó a los protagonistas como dos cowboys modernos atravesando América. Por eso los nombres de los personajes principales son Billy (Billy the Kid) y Wyatt (Wyatt Earp). Esto queda claro desde una de las escenas iniciales, cuando en un mismo plano dos cowboys le cambian la herradura a un caballo y los protagonistas arreglan la rueda de una de las motos. Jack Nicholson describió a Busco mi destino como “La diligencia de las películas de motos” y aunque hay un abismo con el film de John Ford, hay que reconocerle sí que es difícil que alguien le arrebate alguna vez el título de ser la más emblemática de las películas de motociclistas de la historia. A pesar de sus muchos momentos de western, incluyendo el Monument Valley en todo su esplendor, la película mantiene su idea de road movie de motos por encima de todo.

La banda sonora, con temas de Byrds, Steppenwolf, The Band y Jimi Hendrix, también hizo historia. El Born to Be Wild del comienzo es la bandera de la libertad de los que manejan motos en el mundo. Hasta ese momento en la historia del cine nunca se habían usado tantos temas previamente grabados para ser la banda de sonido de un film. Hoy directores como Martin Scorsese y Quentin Tarantino, y muchos otros, han hecho de eso su marca de fábrica. Los autores de los temas cedieron los derechos de las canciones, porque de otra manera nunca podrían haberlos usado con tan pequeño presupuesto. Harley-Davidson, por otro lado, no colaboró en el film cuando vio que se trataba de la historia de dos delincuentes. Cuatro motos se usaron. Dos modelos de cada una de las motos de los protagonistas. Una se destruyó intencionalmente para una escena y las otras tres fueron robadas. La destruida se reconstruyó y años más tarde fue a una subasta. Hoy está en un museo de motos en Iowa.

El rodaje fue un desastre. No debe haber habido un minuto en el cual los protagonistas y responsables del film no estuvieran drogados. Las peleas eran moneda corriente y muchos de los que formaron parte del equipo original renunciaron. Todos temían por el futuro del film y la seguridad de sus participantes. Fonda era un experto conductor pero Hopper no lo era tanto. Igual hay un par de escenas peligrosas con ambos sobre las motos. No usaron cocaína en la escena en que se los ve consumir porque según dijo Peter Fonda “no hubiéramos podido pagarla” ni tampoco usaron LSD en las escenas hacia el final del film. Pero la marihuana fue permanente de una punta a la otra del proyecto. Las peleas entre ambos fueron terribles y nadie sabía si iban a poder terminar de filmar la película, ni hablar de estrenarla. En el montaje hubo muchos cortes, y el mamotreto de cuatro horas que hicieron en un primer montaje se transformó en unos contundentes noventa y cinco minutos. Un poco de caos narrativo le juega más a favor que en contra, debido al tono del film. Hopper y Fonda improvisaban sus líneas, pero Jack Nicholson no. Si le surgía una idea la repetía en la toma siguiente de la misma exacta manera. Si el corte final era mucho menor, hay que decir que las ideas de montaje modernas, rompiendo el concepto de montaje invisible, sí quedaron. Se quitaron casi todos los FlashForward que anticipan escenas claves pero se mantuvo la transición intercalando cortes rápidos entre dos escenas para pasar de un momento a otro.

La película costó al final del camino 400.000 dólares y recaudó 60.000.000 de dólares. Nadie en Hollywood lo podía creer. Algunos sí, como Bob Rafelson y Bert Schneider, que salieron al rescate en los peores momentos. Cuando el éxito apareció a nadie le importó nada el rodaje, o la temática, en la industria del cine habían encontrado algo que era capaz de ganar ese dinero con ese presupuesto. Esto le abrió las puertas a toda una nueva generación de directores y actores que revolucionarían la industria del cine en la década siguiente. Hasta los premios Oscar tomaron nota. Jack Nicholson, cuyo futuro de estrella se veía a la distancia, obtuvo una nominación a mejor actor secundario. Fonda y Hopper recibieron una nominación a mejor guión original, donde también aparece Terry Southern, el responsable de poner un poco de orden.

Si quieren saben que pasaba en Estados Unidos en 1969 la película Busco mi destino lo muestra en muchos aspectos. Un retrato bastante osado y claro de cosas que la pantalla grande no estaba mostrando. Como Bonnie & Clyde, El graduado y ¿Sabes quién viene a cenar? La película mostraba un gran cambio en el mundo y la industria del cine empezaba a darse cuenta. Pero a diferencia de estos tres films, Busco mi destino no está hecha con el amparo de una producción clase A, sino en el caos mismo del mundo que retrata. Eso le da más autenticidad y despierta más admiración en la nueva generación que apoya a este film de manera diferente a los arriba mencionados. Peter Fonda y Dennis Hopper tuvieron grandes momentos en sus carreras pero ninguno se equipara a este. Sus carreras siguieron y ambos, en particular Hopper, quedaron marcados como dos rebeldes. Si hay que hacer una película para entrar en la historia del cine, ellos la hicieron. Se llama Easy Rider, y nada volvió a ser igual luego de su estreno.