Caleidoscopio es una miniserie de ocho episodios que cuenta la historia de un ambicioso y millonario robo. Un género que ya conocemos y tiene muchos grandes ejemplos. El equipo que se conforma para el más sofisticado trabajo, con un líder y con distintos especialistas en cada uno de los detalles para dicho robo. Suelen ser películas que van de lo ligero a lo oscuro, dependiendo del director y la época. Casta de malditos, Faena a la italiana, Once a la medianoche son varios ejemplos, entre muchos otros. Aunque Caleidoscopio busca meterse en otro grupo de historias, el de las que alteran la cronología. Desde la ya mencionada Casta de malditos a varios títulos de Quentin Tarantino, eso también ha sido motivo de atractivo en cine y televisión. Pero hay más, porque la propuesta de la serie es que cada uno puede ver los ocho episodios de la manera en la que elija. Hasta la trilogía de El padrino (1972-1990) supo tener versión con una línea temporal diferente a la estrenada en cines y se exhibió incluso como si fuera una miniserie. En el streaming el juego se hace más real y los ocho episodios están separados.
La historia de Caleidoscopio es muy simple: cuenta la historia de un ambicioso robo llevado adelante por un veterano ladrón y una banda ecléctica formada para dicho atraco. La cifra para robar es nada menos que de siete mil millones de dólares pero el trabajo es muy complejo y un evento fuera de todo control aumentará aún más el riesgo frente a tamaña empresa. Sin estos juegos de cronología es impensable semejante duración para tan poca historia. El multimillonario al que van a robar es un viejo conocido del jefe de la banda. No nos van a ahorrar el pasado en común, claro, y de ahí los ocho episodios.
Cada episodio está diferenciado por un color y al comienzo se aclara el momento en el cual transcurre. Netflix estrenó los ocho episodios de la siguiente manera: Verde: Siete años antes del robo. Amarillo. Seis semanas antes del robo. Violeta: Veinticinco años antes del robo. Naranja: Tres semanas antes del robo. Azul: Cinco días antes del robo. Rojo: La mañana después del robo. Rosa: Seis meses después del robo. Blanco: El robo. Quien se entregue a este orden no se perderá dentro de la trama, porque todo es muy claro y funciona como en muchas otras series lo hacen los flashbacks, aun cuando aquí no sea exactamente igual.
La cronología mencionada no es la lineal, por lo cuál se disfrutará un poco de los saltos temporales para terminar luego en un séptimo episodio, es decir el anteúltimo de esa forma de verla, que es el cierre de la línea temporal correcta. Allí se descubre que todo ha fallado, porque nadie en su sano juicio podrá tener interés en ver ese octavo episodio de la propuesta de Netflix. La miniserie está terminada y no tiene suficientes méritos artísticos o suspenso como para tentarnos a completar el rompecabezas.
Para peor, el episodio Rosa, es decir seis meses después del robo, no sólo es el cierre de la historia, también es el que tiene algunas de las mejores escenas. ¡A nadie le importará el robo si no lo ha visto hasta ese momento! Es una patraña absoluta decir que la serie se puede ver de cualquier modo y son pocos los espectadores que uno imagina optando por un tercer circuito que no sea ni el de Netflix ni el cronológico. Quienes hemos tenido la desgracia de usar el orden Netflix de estreno debemos ser generosos con los demás y aconsejarle la cronología clásica. Esto sería de la siguiente manera: Violeta, Verde, Amarillo, Naranja, Azul, Blanco, Rojo y Rosa. Si alguien logra verla completa, Caleidoscopio descubrirá que no es la clase de miniserie que un ser humano quisiera ver en más de una ocasión. Todas las propuestas para combinar distintos órdenes se agotan en la primera visión. Es un ingenioso truco de marketing, una idea juguetona para atraer a espectadores aplastados por una oferta excesiva, pero de ahí a representar algún interés o relevancia, hay un largo camino. No es un juego divertido, sino más bien uno de los muchos intentos de la plataforma de instalar ideas lúdicas e interactivas, siendo estas cada vez más aburridas que la anterior. No queremos jugar, queremos ver series y películas. Y no queremos ordenarlas nosotros, queremos que los que las hicieron tomen esa decisión desde que iniciaron el proyecto.
Como un dato insólito y curioso la actriz española Paz Vega interpreta a una argentina hija de desaparecidos que además es nieta de españoles perseguidos por Franco. El guionista le da a ese personaje la irresponsabilidad de decir que en Estados Unidos se vive igual en esos períodos históricos. ¿Cómo alguien permite decir semejante mentira? Es un detalle de una irresponsabilidad y falsedad que le quita cualquier seriedad a una serie que además se supone no es política. Tal vez no sea lo peor de Caleidoscopio pero será motivo de distracción que conozcan algo de dichos eventos. Ni la historia ni la narración son tomadas en serio aquí. Lo que ha funcionado durante siglos esta miniserie cree que puede reinventarlo de la nada. Para ser una excepción a las reglas se necesita talento y convicción, nada de eso aparece aquí, una miniserie del montón con un truco para llamar la atención durante una semana. Ya pasaron esos siete días.