Peliculas

CAMILA

De: María Luisa Bemberg

LA PASIÓN MANDA

Camila está basada libremente en la historia de una joven de familia aristocrática llamada Camila O´Gorman y su trágico final, fusilada junto con su amante y compañero, Ladislao Gutiérrez, un cura que dejó los hábitos y se fugó de Buenos Aires junto a ella en diciembre de 1847. Instalados en Corrientes, donde gozaban del aprecio de la población, fueron reconocidos, apresados y finalmente fusilados el 18 de agosto de 1848, por orden de Juan Manuel de Rosas, en cumplimiento de las leyes vigentes en aquel entonces. En el momento del fusilamiento ella estaba embarazada. La muerte de ambos fue mucho más que un hecho en sí mismo, la oposición se burlaba de Rosas y del escándalo que suponía la fuga; la Iglesia ejercía presión y los defensores del gobierno lo instaban a tener mano dura. Por ese motivo es que la película Camila es mucho más valiosa, es una crítica que excede a un período o a un gobierno, es más bien una denuncia a la intolerancia y a los manejos políticos de todos los grupos de poder, donde las víctimas terminan siendo dos jóvenes apasionados.

EXITO Y CALIDAD

Camila se estrenó en mayo de 1984 y fue filmada cuando regresábamos a la democracia. Los temas del film pegaron muy profundo en el público local; la película llevó dos millones y medio de espectadores, convirtiéndose en uno de los mayores éxitos de la historia del cine argentino y en uno de los pocos donde la popularidad iba de la mano con la calidad artística. Premios internacionales y una nominación al “Oscar” como Mejor Película Extranjera, fueron las valoraciones que tuvo el film más allá de nuestras fronteras. María Luisa Bemberg inicia el film con un prólogo donde la abuela de la protagonista – La Perichona, vieja amante de Liniers, recluida en el mirador, como una vergüenza familiar – le pregunta al llegar a la estancia: “¿Te gustan las historias de amor?”, Camila, aun niña, le contesta: “No sé”. Hay tanta profundidad y complejidad en este breve diálogo, que sólo un espectador poco despierto podría ignorar que estamos frente a un film realmente valioso. Camila es un film político que denuncia los mecanismos de poder de las instituciones que siempre dominaron al país y, también, una denuncia contra los valores morales represores de la Argentina católica que aun hoy persisten (hace poco se prohibió, en el conurbano bonaerense, homenajear a Camila y Ladislao con una estatua). Y Camila es aun más. Es, como muchas otras mujeres directoras lo han entendido en el mundo, un ensayo sobre el amor y el contradictorio rol que las mujeres deben jugar frente a él en la sociedad. Desde siempre, Bemberg denunció un patriarcado que afecta a hombres y a mujeres y que – entre otras cosas – se opuso desde siempre al placer y a la felicidad de las personas. No es accidental que todo este interesante entramado ideológico viniera de una mujer directora.

UN CINE PROPIO

Cuando tenía casi sesenta años, María Luisa Bemberg estrenó Momentos, su primer largometraje. A la edad en que la sociedad le dice a las personas que tienen que jubilarse y donde particularmente las mujeres ya no son tenidas en cuenta, ella inició una breve, pero imprescindible, filmografía que marcó un antes y un después en la historia del cine argentino. Había escrito dos largometrajes, Crónica de una señora (1971) y Triángulo de cuatro (1974) y dirigido dos cortometrajes que ya marcaban tendencias en su cine posterior. Bemberg tuvo éxito con la mayoría de sus films; por sus temas y su talento se convirtió en la directora de cine más importante de la historia del cine argentino. Cuando ella empezó a filmar, estaba prácticamente sola, cuando terminó su filmografía y en parte gracias a ella, las mujeres estaban llegando con mayor facilidad a la dirección. Camila fue su mayor éxito, aunque algunos creen que Miss Mary fue su largometraje más logrado. Lo cierto es que su búsqueda no cesó nunca y film tras film fue evolucionando. Yo, la peor de todas, biografía de Sor Juana Inés de la Cruz, basada en el libro de Octavio Paz, es una de las reflexiones más lúcidas y valientes que se han hecho sobre la relación de la mujer con el conocimiento y la cultura. “El convento o el matrimonio” eran las opciones para la mujer, como dicen en Yo, la peor de todas y también en Camila. Sor Juana eligió el convento porque allí estaba el conocimiento, pero Camila se rebeló contra esta regla.

BELLEZA Y EROTISMO

Camila es un film de una gran belleza visual, enmarcado en una fotografía artificial que enfatiza el costado de cuento de amor y su retrato no literal del mundo. Porque lo que hoy se impone por encima de todo en este extraordinario melodrama es la apasionada historia de amor. Desde el comienzo, el film pone énfasis en ello. Desde que se conocen, hasta cada momento en el confesionario son de un romanticismo notable. Y Bemberg encara esta historia de amor sin dejar de lado el erotismo, el deseo de los protagonistas y la forma en que lo van asumiendo más allá de las convenciones sociales y de los propios caminos que ellos han elegido para la vida. Sin duda la rebelde y lúcida Camila es quien da los primeros pasos, pero Ladislao le corresponde desafiando a todo el orden (“el matrimonio es el orden”, dice el imperante padre de Camila). Pocos films argentinos habían encontrado la forma de manifestar una pasión carnal y prácticamente ninguno había tratado ese erotismo desde el punto de vista de la mujer. El deseo de la mujer está todo el tiempo en un primer plano en el film. Ese protagonismo hace necesaria una mención a la actuación de Susú Pecoraro, inolvidable Camila que consigue darle a este personaje uno de los rostros más queridos que se hayan visto en nuestra pantalla. Su rostro se volvió inmortal gracias a este film y es por ella también que Camila nunca será olvidada.

EMOCION Y CORAJE

Si el erotismo está presente, también lo está la emoción. La valentía de ambos y la seguridad con la que se aman es de alto vuelo: “Quiero alguien de quien poder estar orgullosa, quiero salir a la calle y poder gritar su nombre”, dice Camila cuando habla con otras chicas sobre el amor, sin que ellas supieran todavía realmente a quién se refería. El romanticismo auténtico que posee se vive en cada imagen, en cada palabra, en toda la película y, en particular, en su final, uno de los más conmovedores de la historia del cine argentino. Siguiendo las reglas del melodrama, los amantes superan toda barrera, incluyendo la de la muerte. Volviendo a la pregunta inicial del film: “¿Te gustan las historias de amor?”, la respuesta: “No sé”, de Camila, se resignifica por completo al final del film. Nos pueden gustar o no las historias de amor, pero en definitiva no se eligen. Aquello que está latente en nosotros puede no despertar jamás. Si lo hace, como les pasó a Ladislao y a Camila, no existe gobierno, religión o persona que puedan hacer algo por detenerla. Ese es el tema de Camila, ese es el secreto que la hace atemporal y universal.

CAMILA
Fecha de estreno: 17 de mayo de 1984
Duración: 105 minutos
Dirección: María Luisa Bemberg
Guión: María Luisa Bemberg, Beda Docampo Feijóo, Juan Bautista Stagnaro
Fotografía: Fernanda Rivas
Montaje: Luis César D´Angiolillo
Música: Luis María Serra
Intérpretes: Susú Pecoraro, Imanol Arias, Héctor Alterio, Elena Tasisto, Mona Maris, Juan Leyrado, Boris Rubaja, Carlos Muñoz, Héctor Pellegrini, Claudio Gallardou, Zelmar Gueñol, Jorge Hacker.

FILMOGRAFIA DE MARIA LUISA BEMBERG
El mundo de la mujer (corto – 1972)
Juguetes (corto – 1978)
Momentos (1981)
Señora de nadie (1982)
Camila (1984)
Miss Mary (1986)
Yo, la peor de todas (1990)
De eso no se habla (1993)