El protagonista de la película, Hugo, tiene desde hace tiempo el deseo de abandonar su pueblo natal. Por una cosa o por otra, ese sueño se posterga hasta que un día pasa un cazador de talentos y descubre a Enzo, el sobrino de Hugo, que juega muy bien al fútbol. Este hombre le propone a Hugo llevar al chico a una prueba en un importante club de Buenos Aires, esa prueba incluye un arreglo con el propio Hugo, que ve en este la posibilidad de encontrar la salida a su encierro en el pueblo. Al mismo tiempo, Enzo podría encontrar el éxito que años atrás Hugo no pudo obtener. Empieza entonces un viaje de ambos hacia ese sueño en Buenos Aires.
Esta road movie de niño y adulto recuerda, salvando las distancias y las diferencias, a títulos como Luna de papel (1973) y Un mundo perfecto (1993). Del film de Clint Eastwood toma, por casualidad o no, varios personajes y situaciones, al mismo tiempo que cierta mirada desencantada de la sociedad. Pero Camino al éxito tiene sus propios personajes e historia, los parecidos mencionados son para guiar al espectador en este texto. El protagonista tiene demasiadas actitudes deshonestas como para generar empatía, pero el realizador no festeja estas actitudes, la mayoría de las cuales tienen consecuencias negativas. Cuesta mucho conectar con él y eso perjudica mucho a la película. Elk personaje de Enzo, al mismo tiempo, va quedando de lado en la historia. Es posible que esto no sea un error y sin embargo se ve como tal. El sueño de éxito no es tanto para Enzo como para el propio Hugo, aunque no se explique todo al final, uno imagina cuál ha sido su destino. Entre lo miserable y lo noble se mueve el personaje en una película algo limitada en la narración, pero con bastantes ideas y un elenco que cumple.