Iván (Fabián Vena) regresa a la Argentina para cumplir la última voluntad de su padres y entregar sus restos al mar. Llega con su joven novia, algo cansado y bastante angustiado. Cuando ocurre un problema en el hotel que se alojan, Iván descubre que la dueña es su gran amor de su pasado, Sofía (María Ucedo). Este reencuentro dispara recuerdos, emociones y desarma por completo a Iván.
La película, dirigida por el experimentado Diego Muziak, pelea con las reglas más básicas del drama y la comedia y no siempre sale airosa. Pocas locaciones, pocos personajes, todo es simple pero no logra hacer de eso un estilo. Los personajes hablan y hablan, van reflexionando con diálogos muy trillados y gastados hace décadas. Habrá algo más hacia el final, pero no sé motivo de alegría tampoco. Los actores hacen lo que pueden y la película no encuentra ni el tono ni el sentido en ningún momento.