Peliculas

Cinco sangres

De: Spike Lee

5 sangres (5 Da Bloods, 2020) es la nueva película del veterano director Spike Lee, producida para Netflix. Pasaron más de treinta años desde Do The Right Thing (1989) y mucho cine bajo el puente. Pero además Spike pasó de ser despreciado a ser aplacado y ahora nuevamente se ha vuelto revulsivo y contestatario, aunque el contexto haya cambiado por completo. Ya no es un olvidado de los premios, hoy es un cineasta respetado y, dado el contexto político actual, intocable. Es posible que el desprecio hacia su cine siga existiendo en muchos, pero hoy meterse con Spike Lee es meterse con la comunidad afroamericana en su conjunto.

A Lee hay que reconocerle que no es un advenedizo en el tema de la lucha contra el racismo. O tal vez no tanto contra el racismo sino con respecto a defensa de la cultura y la población negra. Muchos de sus films, incluyendo el que comentamos acá, tienen sus rasgos de prejuicios y estereotipos hacia otras razas y grupos. Pero hace muchos años él ya estaba en esta lucha y siempre trató estos temas. Qué hoy disfrute de un merecido reconocimiento no es el problema. El inconveniente es sí sus películas son buenas o sí son defendidas solo por corrección política o miedo a ser acusados de racistas.

Cincos sangres muestra a cuatro ex combatientes de Vietman afroamericanos que regresa a ese país cincuenta años más tarde para recuperar el cuerpo de quien era el quinto compañero de armas y murió en combate. No es el único objetivo, otro motivo menos noble los lleva nuevamente a la selva. La película empieza como un drama aunque tiene algo de humor al comienzo, para luego empezar a pasear por diferentes tonos y terminar siendo en gran parte una película de acción como las que hacían Sylvester Stallone o Chuck Norris en la década de los ochenta. Irónicamente, en la película se burlan de estos films triunfalistas que explotan el conflicto y no dicen la verdad sobre la guerra. Muhammad Ali

Spike Lee arranca con Muhammad Ali y termina con Martin Luther King Jr., pero en el medio hace toda clase de llamadas al pie para mostrar y reivindicar la cultura negra y todo lo que han hecho y sufrido, incluyendo la guerra de Vietnam. La narración impide el drama y también la acción por estas bajadas de línea permanentes. A Spike Lee solo le preocupa ser crítico con su país y las ideas que en él hay, pero es acrítico de aquellos contra los que combatió. No le importa o no lo sabe, difícil de saber. Este pastiche didáctico empeora con el correr de los minutos y las dos horas y media que dura la película parecen dividirla en varias partes. El drama, la película de acción bélica y el documental. No funcionan, no fluyen, no se integran.

¿Por qué no hizo Spike Lee una buena película de acción y punto? ¿Por qué no hizo solo un drama de denuncia contra el racismo en la guerra de Vietnam y Estados Unidos? No lo conformó ninguna de las dos cosas. Irónicamente, la película parece por momentos esos films de explotación sobre la guerra que se hicieron en los setentas y los ochentas. Algunos momentos son graciosos de forma accidental y la historia se contradice y cambia de tono tanto que es imposible seguir las ideas del realizador.

Las escenas finales con gente usando remeras de Black Lives Matter vuelven a la película en un film difícil de atacar para todos los afectados por la corrección o política o el temor a ser expuestos como racistas. Ese chantaje emocional parte de Spike Lee pero no se lo puede culpar a él del terror a la libertad de expresión que se ha multiplicado en el mundo en estos días. Hay un capítulo de la serie cómica #BlackAF que cuestiona justamente eso: ¿Vamos a defender o atacar una película por su bajada de línea o su efecto en la sociedad y ya no por sus méritos cinematográficos? En Estados Unidos y otro países parece que sí. Pero digan lo que digan Cinco sangres sigue siendo una película despareja, incoherente y dispersa. Cualquier cosa menos una obra rigurosa o destacable. Solo el buen cine sirve para llevar a buen puerto una idea del mundo. Spike Lee tratando de tontos a todos y sintiéndose en la obligación de dar clases todo el tiempo, es un síntoma de los malos tiempos que corren, tanto para su cine como para la libertad de pensamiento en general. No es su culpa si nadie quiere decir lo que realmente piensa. Spike Lee cree que ahora se debe filmar así, y tal vez por eso ha vuelto a estar de moda.