Cine nórdico de terror, esta vez proveniente de Finlandia. Tinja es una niña adolescente gimnasta que intenta desesperadamente complacer a su madre, una mujer obsesionada con mostrar ante el mundo, a través de sus redes sociales, la imagen de una vida familiar perfecta. La tensión familiar va en crecimiento con diferentes señales ominosas. Una noche, Tinja encontrará un extraño huevo. En lugar de deshacerse de él, lo esconde y mantiene caliente, porque percibe vida dentro de él. Pero ni ella misma podría haber imaginado nunca lo que saldría del cascarón que se ha vuelto enorme.
Cómo si fuera una mezcla de géneros fantásticos con un oscuro tono amargo, la película juega la fórmula de E.T. pero en versión maligna. La criatura que surge de ese cascarón parece ser la suma de todas las angustias, enojos y deseos de muerte de la niña protagonista. Es una monstruosidad corporizada del mundo interior de Tinja. Eso es lo que le da a la película su verdadera potencia, más allá de algunos buenos momentos de terror y bastante ideas visuales. No es tan difícil salirse de la medianía, tan sólo hay que ser fiel a las ideas sin especular tanto con el recibimiento.