Asger Holm, un oficial de policía, ha sido suspendido temporalmente de sus funciones y relegado a operador del servicio de emergencias en el turno noche. Estando en su trabajo, notablemente angustiado por el juicio al que deberá someterse al día siguiente, Asger recibe una extraña llamada de una mujer. En la llamada él deduce que es una emergencia diferente a las de la rutina, la mujer al otro lado del teléfono ha sido secuestrada y se encuentra con su secuestrador en un auto. A partir de ahí comienza una búsqueda contrarreloj para descubrir donde está ella y quien es la persona que la ha secuestrado.
Esta película de suspenso de origen danés juega, desde la escena inicial, a dos niveles: por un lado el caso que Asger deberá resolver (aunque no es su tarea) y el otro caso por el cual él ha sido suspendido y deberá comparecer frente a un tribunal. En la noche anterior a ese juicio él se enfrenta a un crimen sobre el cuál no tiene responsabilidad ninguna, pero del cual él decide igualmente hacerse cargo. Esos dos niveles potencian a una película que necesita de ambos para sostenerse. La primera parte, a puro suspenso, irá creciendo hasta cierto punto, pasando por alto la lógica y la verosimilitud, pero siendo igualmente efectiva. Desde el plano inicial se nota un gran trabajo del director, así como también el doble sentido del relato. Esas voces en la cabeza del protagonista terminarán siendo también una forma de conciencia para él. Lo que el reciba por sus auriculares y lo que le pase a él con su propia culpa están íntimamente vinculados.
Si nos concentráramos solo en la parte policial, claramente la película se debilita, por momentos parece más ingeniosa que otra cosa, pero entonces le termina pasando el mando a la historia personal del protagonista, y eso le otorga a la historia un nuevo interés y un renovado valor. El plano final de la película, bello y significativo, muestra el camino que ha realizado Asger desde el inicio del relato hasta su culminación. No es necesario contar nada de la historia ni detalles de cómo ha sido filmada, parte del encanto de Culpable está también en su sólida puesta en escena y en su inteligente distribución de la información. Den skyldige es mucho más que un entretenido ejercicio cinematográfico.