En julio de 1966 el Ejército español levantó un enorme cementerio en Burgos. Aquel camposanto tenía más de 5000 tumbas… pero nadie enterrado en ellas.
Con ese enigmático cartel arranca el documental Desenterrando Sad Hill y el cementerio al que se refiere es el que se construyó en Burgos, España, como una de las locaciones de uno de los más grandes clásicos de la historia del cine mundial: El bueno, el malo y el feo.
Un grupo de cinéfilos descubre que aquella locación todavía existe y que, como muchas ha pasado, el cementerio ha quedado enterrado. Los cinéfilos amamos el cine, profundamente. Mucha gente se llama cinéfila, pero pocos somos los que realmente sentimos que el cine es lo que nos explica el mundo. Así es que muchos de nosotros hemos hecho todo tipo de locuras para ver un clásico o para poder acceder a un objeto vinculado con una película o un viaje para pisar y ver un lugar que para nosotros tiene un valor emocional gigantesco.
Así estos españoles locos creen que es una idea lógica reconstruir el cementerio de Sad Hill, el lugar exacto donde se filmó el clímax de Il buono, il brutto, il cattivo (The Good, the Bad and the Ugly) dirigida por Sergio Leone y protagonizada por Clint Eastwood, Lee Van Cleff y Eli Wallach, con la incomparable música de Ennio Morricone. Emprenden el camino y toman el registro de ello, partiendo desde lo imposible, soñando con acercarse a la película que cambió sus vidas. La película cuenta ese camino y trata de explicarlo con los testimonios de los protagonistas, pero también de otro fans como James Hetfield, el líder de la banda Metallica, cuyos conciertos arrancan con el tema de Morricone L’Estasi dell’Oro, o Alex de la Iglesia, realizador del maravilloso western 800 balas. También hay imágenes de archivo de Sergio Leone y testimonios de extras de la película, pero también parte del equipo técnico, que incluye al montajista, y las dos figuras más relevantes: Ennio Morricone y el mismísimo Clint Eastwood, que prestaron testimonio para la película.
Como le pasa a todo cinéfilo, la película y la historia de cómo reconstruyeron el cementerio se mezcla con la vida de los protagonistas. Lo que son capaces de expresar y lo que no, porque cualquiera que ame algo sabe cuánto puede importar algo que para los demás tal vez sea irrelevante. El cine es, para muchos de nosotros, la escuela en la que nos hemos criado, los realizadores y las estrellas por los profesores de los que hemos aprendido y sus películas las aulas en las que nos han enseñado como es el mundo. Desenterrando Sad Hill habla de eso y mi consejo final mientras la recomiendo es que se preparen para emocionarse mucho, porque la película entiende hasta qué punto nos gustaría poder decirle gracias a todos aquellos que nos han mejorado la vida desde la pantalla.