Rafael Márquez se está formando como médico militar en un regimiento de montaña. Carga con la deshonra de tener un padre desertor del ejército, pero logra sobrellevar su carrera dignamente. La llegada al regimiento del legendario coronel Santos, amigo de su padre, y la aparición de una misteriosa mochila, avivan los fantasmas de Rafael. Santos le confiesa que su padre nunca desertó sino que fue asesinado por un viejo ermitaño que vive en medio de la cordillera. La noticia lanzará al joven soldado a una intensa búsqueda de su verdadera historia.
Las primeras escenas de la película aprovechan el paisaje al máximo y evocan merecidamente el ambiente del western. Esta conexión estética no será abandonada a lo largo del film y es sin duda lo mejor que tiene Desertor. Se alternarán las buenas escenas con otras que no lo son tanto y el rigor de ese paisaje aprovechado como un personaje más no consigue elevar a la película a una categoría mejor a la que finalmente accede. Hay ideas, hay belleza, pero también hay diálogos y personajes que no encajan del todo.