Hay películas que no tienen sentido pero igual se hacen querer o se disfrutan. Historias cuyo clima te lleva por la historia aunque nada cierre. El cine, a diferencia de otras artes, cuando pierde el rumbo no puede casi nunca borrar todo y empezar de nuevo. Cuando una película como esta, que no tiene sentido, tampoco tiene encanto, las posibilidades de rescatar algo se vuelven imposibles. Película de ciencia ficción forzada y ridícula, pero también aburrida y sin carisma, Dicha tiene todas las de perder.
En el peor momento de su vida Greg (Owen Wilson) conoce a Isabel (Salma Hayek), una mujer que vive en las calles y está convencida de que el mundo contaminado y destrozado que les rodea es solo una simulación informática. Tras sus dudas iniciales, Greg descubre que quizá haya algo de verdad en la delirante historia de Isabel y empieza a ver todo de una manera diferente. La trama empieza a moverse por una trama melancólica con contenido filosófico de vuelo bajo hasta que ya no le quedan más ideas y aun falta mucho para que termine. No tiene sentido, no tiene interés, se estrenó porque perdido por perdido, la plata ya estaba gastada.