Es una doble amenaza que una película de tan baja calidad aparezca como oferta en portada de Netflix. Una historia que combina road movie, romance, acción y comedia, una fórmula que desde el nacimiento de la Screwball Comedy hasta la actualidad ha dado grandes películas si los que las hacen son personas talentosas. Nadie de los que participó de Doble amenaza tiene talento para el cine.
Jimmy (Matthew Lawrence) hace una breve parada en una tienda durante un viaje por carretera a la costa y allí conoce a Nat (Danielle C. Ryan), una empleada con una personalidad rara. Dos matones armados irrumpen en el edificio con la intención de matar a Nat, quien de repente se convierte en una asesina feroz y se lanza luego a la fuga en la camioneta de Jimmy, que se convierte en su cómplice y compañero de aventuras a la fuerza. A Nat la persigue la mafia y Jimmy sólo quiere cumplir la última voluntad de su hermano de llevar sus cenizas al océano.
Nat tiene un problema de personalidad que se supone vuelve divertida la trampa, pero simplemente la hunde en el ridículo. Aburrida, con chistes que no causan gracia y con escenas de acción de bajo presupuesto, la película agota su interés en cinco minutos y luego se arrastra por una trama que incluye muchas escenas de los personajes hablando dentro de sus vehículos que de forma evidente no han sido filmados al aire libre. Un truco mal resuelto que muestra la condición de película barata.
Es difícil ponerse de acuerdo acerca de qué películas son malas y cuáles son aberrantes. Pero es una falta de respeto poner en el catálogo productos tan horribles mientras cientos de grandes películas no logran tener un espacio en el streaming.