Dios nos libre y nos guarde del cine español de premisa ingeniosa con el que nos castiga Netflix de un tiempo a esta parte. Llenar un catálogo parece ser sinónimo de dar cualquier cosa y Dos (España, 2021) es un ejemplo de esto. Un hombre y una mujer se despiertan unidos por el abdomen. No se conocen, pero ambos están desnudos y sus cuerpos han sido cosidos a la altura del estómago. Están en una cama en un lugar que no reconocen. Luego de una leve y poco creíble angustia inicial, tratan de entender que pasa. Deberán saber cual es el motivo que los ha llevado hasta allí y el responsable de eso. Tampoco saben si pueden confiar el uno en el otro.
Setenta minutos de ideas copiadas de otros films, todo muy a la vista y una supuesta propuesta perturbadora que no es tal, tan solo es un poco asquerosa. El rigor es nulo y ni logran que se vea creíble el hecho de que están cosidos. Pasan los minutos y la ridiculez se torna en hastío. Esperamos las respuestas como quien espera que salga un trámite para poder irse a casa. Una versión liviana y muy torpe de películas más inquietantes. Una incomprensión total del horror físico por parte de los realizadores, que no logran dominar el tono.
Si arranca mal, imaginen como sigue. El desenlace es bastante malo y el plano final es de esos cuyo bochorno dan ganas de apagar el televisor de un piedrazo. Mucha vergüenza produce ese cierre. Las fotos de títulos hablan de la película que no fue. La directora ni se debe haber dado cuenta de lo que falló, o tal vez se hizo rápido y sin pensar, al estilo del streaming actual.