El abismo de Kiruna (Avgrunden, Suecia/Finlandia, 2023) tiene un prólogo que explica los peligros que conlleva la mina más grande del mundo, ubicada en Kiruna, Suecia. Luego, al mejor estilo Tiburón (Jaws, 1975) vemos unos jóvenes borrachos que se meten en donde no deberían. Ellos serán las primeras víctimas de un desastre descomunal. En paralelo conocemos a Frigga, quien tiene la difícil y peligrosa tarea de ser la responsable de seguridad en la mina de Kiirunavaara. Su vida personal y su vida laboral, son muy difíciles de conciliar, lo que le agrega un buen drama al comienzo de la historia a la que no le faltan varios personajes interesantes. Sus hijos, su exmarido y su novio actual, todos con sus problemas que, obviamente, se cruzarán con una catástrofe sin precedentes en la ciudad de Kiruna.
La película tiene un buen prólogo y su narración se sigue con interés. Es una de las muchas películas del género que provienen del cine nórdico y en general son bastante presentables. Pero los muchos buenos momentos están ubicados en los primeros dos tercios de película, donde no faltan citas muy puntuales y evidentes a dos clásicos del género La aventura del Poseidón (1972) e Infierno en la torre (1974). Al final la parte emotiva y familiar se apodera del relato y la acción se ubica más en un espacio reducido y aislado que del resto de la gran catástrofe que ocurre. No se trata de un error, sino de una elección. En sus mejores ejemplos, el cine catástrofe se luce por sus grandes elencos de estrellas. Acá hablamos de un puñado de personajes centrales que ocupan la casi totalidad de la trama. Aún con ese último tercio de película, bien lleno de los clichés del género, El abismo de Kiruna es una película divertida e interesante.