El aprendiz (The Apprentice, 2024) es una película que narra el ascenso de Donald Trump en la década del setenta y su relación con el poderoso abogado Roy Cohn. Dirigida por el realizador iraní Ali Abbasi, la película se basa en hechos reales pero aclara desde los títulos que algunas cosas fueron alteradas en beneficio de la ficción. Aunque no fue pensada como un vehículo de campaña electoral, esta coproducción independiente entre Canadá, Dinamarca (Abbasi se ha radicado allí), Irlanda y Estados Unidos, se terminó estrenando pocas semanas antes de las elecciones presidenciales donde Donald Trump fue elegido por segunda vez presidente de Estados Unidos. Se trata de un caso inédito de película biográfica y su existencia prueba hasta que punto el mundo del cine odia a Trump y a la vez cuan fascinado se siente hacia su figura. Aunque el largometraje es alevosamente contrario a la figura del presidente, lo cierto es que muchos de sus elementos tal vez no son tan negativos como el realizador y sobre todo los espectadores creen. Es una película destinada, mal que le pese a Ali Abbasi, sólo para quienes odian a Donald Trump.
El material sin duda es interesante y como ya fue dicho es posible que cosas horribles del personaje no sean consideradas malas por el propio Trump. Pero sí le queda muy mal a esta ficción, poner tantos elementos negativos en una sola historia, una avalancha de cosas horribles para que nadie puede sentir la más mínima duda acerca del protagonista. Sebastian Stan interpretando a Donald Trump es el ejemplo perfecto de como fue recibida la película. Tener un nominación al Oscar por esta actuación irrelevante es simplemente un apoyo político al film, no a su trabajo. Jeremy Strong, por otro lado, cumple con el otro lugar común de los premios, su personaje tiene SIDA. Más interesante es el trabajo de Maria Bakalova como Ivana Trump y aún lo es más el papel del padre de Donald, Fred, interpretado por Martin Donovan.
En 1941 el mismísimo Orson Welles jugó a la biografía violenta al hacer El ciudadano y dejar en ridículo a William Randolph Hearst al mismo tiempo que lo volvió inmortal al retratarlo como Charles Foster Kane. Pero Welles era un genio capaz de hacer una obra maestra trascendente que incluso se atrevía a hablar de sí mismo. En El aprendiz el director no tiene nada para ofrecer excepto filmar un guión hecho por otro. La historia es interesante, pero su potencial nunca llega a desplegarse. Acusa de todas las formas posibles a Donald Trump de ser un mediocre, al mismo tiempo que se expone a sí misma como una obra por debajo de la medianía, realizador por un director cuya carrera ya ha sido devorada por el sistema.