Miguel (Rodrigo Noya), es un joven que es abandonado por su novia el día de su boda, directamente en el altar. Jimmy (Luis Cao), es un rockero pasado de drogas y alcohol cuya estabilidad emocional está a la deriva. En el hotel a donde Miguel va en su fallida noche de bodas, toma la decisión de suicidarse. El tono de comedia ya establecido por la película nos indica que no lo hará. En paralelo, Jimmy intenta lo mismo con un revólver, pero falla. Miguel encuentra al rockero y termina ayudando para que la hermana de éste, Patricia (Florencia Raggi), y su asistente (Luis Rubio) le salven la vida llevándolo de urgencia al hospital. Para Jimmy esto es una revelación y cree que Miguel es su ángel de la guarda. Entonces le propone que vayan juntos a un refugio espiritual para rencauzar sus vidas.
La película tiene ideas de arranque que podrían construir una buena comedia. Como una especie de Take Him to the Greek (2010) la gran comedia de Nicholas Stoller o ser una versión moderna de los Buddy Films de Jack Lemmon y Walter Matthau, por citar un dúo entre muchos. Los actores están en sus roles y tienen sus momentos, pero la historia tiene un timing muy forzado y es una mejor comedia por lo que pudo ser que por lo que finalmente es. Ese potencial desperdiciado no la beneficia en nada y termina perdiendo más que una película sin ideas, justamente por prometer algo más. Lo que los norteamericanos hacen muy fácil, con películas como esta se nota que no lo es.