El prolífico realizador Matías Szulanski estrena su segundo film del 2019 con una historia policial al estilo Pulp Fiction pero en versión conurbano bonaerense. Bueno, y sin la calidad o el presupuesto del film de Tarantino. La conexión con Tiempos violentos u otros títulos debe ser tomada como referencia, ya que la película se me marcada por este título pero no son películas parecidas.
Una aventura policial de robos, droga y violencia con un elenco dominado por mujeres y referencias a los títulos anteriores del director. Está claro que Szulanski tiene ideas y está buscando un universo propio. Todavía hay cosas que no logran dar un buen resultado, aun cuando elementos del vestuario y la dirección de arte ponen lo mejor para darle más potencia a las imágenes, lo mismo ocurre con la luz, que se nota tiene importancia para el director.
Los actores, el ritmo narrativo y el timing de los gags le impiden alcanzar esa ambición que el director muestra en cada escena. Como pasaba con Astroagauchos (2019) lo estético arrastra lo que puede y el director consigue algunos buenos planos. Hay algo acá que más tarde o más temprano dará una gran película, por ahora parece ser un proceso que no alcanzó su madurez.