Series

El jurado

De: Gene Stupnitsky y Lee Eisenberg

Los mismos guionistas y directores de la  segunda temporada de la versión americana The Office, Gene Stupnitsky y Lee Eisenberg, son los principales responsables de El jurado (Jury Duty, Estados Unidos, 2023) una serie que en ocho episodios recupera una parte de esa estética de documental en broma que caracterizó a la serie protagonizada por Steve Carrell. Es lo que se conoce como un mockumentary, el género al que pertenecen, por ejemplo, This is Spinal Tap y Zelig, aunque las barreras entre ficción y documental sean más difusas cuando se habla de The Office y también de El jurado. Es que aquí aparece una vuelta de tuerca que descoloca aún más al espectador. 

Un grupo de ciudadanos son obligados a cumplir con su deber de ser jurados. Luego de la preselección para conformar el jurado y los suplentes, todos son informados de que será realizado un documental mientras dure el juicio. Todos participan sin problemas de ese rodaje mientras realizan su tarea como jurados. Pero la novedad acá es que todos los miembros del jurado, el juez, el acusado, su abogado, la parte acusadora y su abogado, todos ellos, son actores fingiendo dicho roles. Todos excepto uno, el jurado número 6, que sabe que se hace un documental, pero no imagina que se trata de una serie en broma y que él es el único engañado en ese aspecto.

Ronald Gladden es él mismo y el aislamiento que sufre el jurado -para conseguir que funcione el engaño- está bien justificado por el guión. Entre todos los integrantes divertidos y excéntricos de este grupo, hay uno que tiene un toque extra, el actor James Marsden, quién hace de él mismo, pero también es parte del engaño. Gladden estará sometido a toda clase de situaciones disparatadas, muchas de las cuales son llevadas adelante por Marsden. Mejor no contar nada del guión, pero se trata de un conflicto a otro, algo que en más de un momento hace que el jurado 6 sienta que el mundo se ha vuelto loco. Pero al final del día Ronald resulta ser un joven simpático, honesto, amable con todos, y finalmente un héroe sin saber hasta qué punto sus acciones son observadas.

El elenco es brillante y la serie podría funcionar incluso si no fuera un engaño para el jurado número 6. Si acaso The Office jugaba con los límites entre ficción y documental, acá se va más allá. El engañado sabe que se hace un documental, pero no que es una comedia guionada. Ve a los camarógrafos, pero no a las docenas de cámaras extra que hay más allá del juzgado. Por momentos se tiende a sospechar que todo, incluso el jurado 6, está completamente armado para engañarnos a los espectadores, pero también es verdad que hay muchos momentos irrelevantes o fallidos que bien pudieron quedar fuera del montaje. Lo cierto es que es una miniserie graciosa y funciona más allá de sus capas falsas o verdaderas.